QUEJAS DE OTOÑO
AL OIDO DE LA PRIMAVERA
Primavera amada... Sentado
a la vera del camino, como debo hacerlo para dejar pasar a los que están amaneciendo al caudal de la vida, quiero entonar
ante el altar de nuestro infinito amor. el sentimiento que me inspiras, pidiendo a Dios que te de la fuerza para
aceptar a este ser tan complicado que solo quiere alcanzar la Paz para su otoño. Rodeado de tu fulgor espiritual, vivo
de tu dicha, de tus logros, de tu armonía interior y de tu entrega sin condiciones. Jamás dejaste de ser la
niña aquella de mirada coqueta que me amó a primera vista y se convirtió en el amor mismo llenando
mi existencia diaria de halagos sentimentales que supe corresponder,tratando de estar a la altura de tus sueños. Somos
dos amantes legendarios en constante batallar contra la indiferencia y el olvido que se aposenta en el corazón
cuando se pierde a un ser amado y creemos que estamos solos definitivamente y que ya nadie se acuerda de nosotros, Es
esa lucha la que nos ha tocado vivir en los últimos meses de transformación de nuestro hábitat, de pérdida
irremplazable de nuestra adorada madre y de remembranza eterna de todos los que se fueron antes. Nunca, nunca
resignados a su ausencia, no podemos evitar que se asomen a nuestros ojos nuestras inquietudes íntimas, nuestras
dudas y nuestros miedos. Es entonces cuando confirmamos que nuestro amor es capaz de sobrevivir las penas y fortalecerse más
todavía.
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Cómo no sentir el peso abrumador de
la existencia cuando viene de las más recias luchas y fue forjada en el crisol de la más excitante aventura,
esta de alcanzar lo que hemos alcanzado y sobrevivido a todo lo que hemos sobrevivido y aun así mantenernos trenzados
en febril batalla contra la impiedad, el desatino, los desvíos del camino, la condición humana, los aparecidos
fantasmas de la discordia, la feroz batalla contra la monotonía y el empecinado esfuerzo diario por no permitir la
entrada al desamor. No creo, amor, musa, amiga, amante, socia, única mujer de mi vida, que hayamos perdido el rumbo
ni que el nido no esté habitado por las intimidades del alma y del cuerpo, ambos aliviando las tristezas
físicas y espirituales y aceptando realidades. Sentado a la vera del camino, apoyado en ti, no quiero dejarme vencer
por la fatiga de los años ni convertirme en árbol que aunque erguido, ya siente que sus ramas se doblan bajo
el peso de años, de no ser bajo el peso de las tribulaciones mentales. Vivo
infinitas angustias existenciales, propias de quien ha sido privilegiado por las Musas y con ellas va mi ser interior debatiéndose
entre la aceptación de la realidad de la vejez y el impulso desbocado de querer vivir apasionado llevado por los arrebatos
que solo la juventud permite. Es en ese paradigma en el que me debato; entre pretender volver a ser el que llegó a
tu vida de niña y conoció el milagro hecho especialmente para quien necesitaba de un milagro palpable, de tu
amor. En esa niña se alojan todavía las inquietudes de mi actual existencia, niña mía
entregada sin egoísmo alguno a llenar la mía--- mujer que amo más de lo que amé a la niña
de Abril y de Julio, y de todos los meses y los años vividos, , porque me diste tu juventud
entera y todo lo dejaste para quererme... tu entrega no puede ser recompensada con prendas ni regalos
materiales sino con la entrega total de mi existencia para seguir abonando el amor que te ganaste con tu
grandiosa y permanente entrega. Hoy, igual que tú, deposito ante tu altar la ofrenda de los días
que me queden por vivir. ¿Qué otra ofrenda puede ser más valiosa? Ya no es una ofrenda de pasión
desatada, de carreras desenfrenadas, de arrebatos intempestivos, de competencias olímpicas. ¡NO! Es de entrega
de mis caprichos de viejo; de raciocinios especulativos de lo que puede ser o no ser; de propósitos firmes, sueños
quizá, de ser de nuevo el marinero aquel que te llevó al mar, a sus islas, cruzó contigo todos los continentes
y ancló contigo en muchos puertos.
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Solo soy reflejo de la luz que despiden los bardos
del mundo y poeta por habitar su vecindario
Plenitud
Yo vivo bajo el fulgor de una
estrella despegado
del corto camino terrenal prendido
al cariño de la vida verdadera en el místico lecho de la eternidad.
Las horas fueron del tiempo consumido, paso vivo a mundos de quimeras
vanas, camino
ya trazado a destino presentido donde la rumba de esta noche acaba.
De vanas prosaicas ataduras libre, el alma su infinito viaje sin reparo emprende- más allá de tanta
pena y tanta muerte,
solo
busca poder en bienhechora calma ser de la Paz su paloma mensajera, que en algún lugar del orbe ¡Dios espera! Joseph
Berolo
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TODO RENGLÓN SUBRAYADO ES VINCULO
AL CONTENIDO DEL TEMA*
80 años deshojando calendarios
PALOMA HERIDA Hace unos días apareció
una paloma herida en mi jardín, quise protegerla porque se acercaba la noche, encerrándola en una jaula y no
lo logré, se escondió entre las plantas. Pese a no ser blanca me acorde de ti...a la mañana siguiente,
la busqué ni bien me levanté y no la encontré. A media mañana, cuando estaba por regar el planterio,
la vi en la piscina, la recupere, la coloqué al sol, pero murió al rato...........con mucha tristeza la enterré
en mi jardín...todo el tiempo te recordé... Amanda Mabel Perez ***** A TU PALOMA HERIDA Como mi alma, a veces en su nido herida, la tuya, suerte suya en tu jardín rendida supo de ternuras en su dolor postrero y
de adioses tiernos para su perdido fuero.
Cuantas veces en mi vuelo siento el atrevido paso de agitado viento que azota los caminos fiero y
sin cesar sacude todo lo que quiero. Suerte mía la de tenerte cerca y de mis penas ser mi alivio y de tanto navegar mis eras sentir que tu regazo tibio acoje mis tristezas y mis
duelos y mis quejas
las eleva al cielo. jBerolo
Hoy, cuando a duras
penas puedo ser un pequeño barco azotado por la angustia que causa una tarde tormentosa al final de un día de
sol, mi entrega es de marinero viejo que quiere anclar en el mar de tu cariño. Mi entrega es también a tu silencio,
ese silencio a gritos que dice en su mudez todo lo que sientes, cuando yo, digo lo que siento, y a gritos, y ante el mundo
y me desboco tantas veces sin freno ni descanso. Estoy necesitado de tu mano conductora de mi paso debilitado y
trastabillante, de tu fuerza de mujer olvidada de tu propia debilidad. Bien sabes ya de mi eterno caudal de inquietudes anímicas
desbordadas hasta el cansancio, aun así, escuchas bien el susurro de mis argumentos sentimentales y de todos mis caprichos
de poeta al generoso oído que Dios te ha dado para escuchar mi aliento. Pese a tanta desilusión e indiferencia ajena a nuestros anhelos de paz y de armonía
con toda la humanidad-no dejo de ser el eco de aquel que compartiera con el vulgo desconocido de todas las edades su
poesía, feliz canto bohemio esparcido en el aire de las grandes capitales de América,
sus campos y veredas de violencia disfrazada de paz, los tugurios de Togo donde nació el Poeta que se enfrentó
a Koyaanisqatsi, este que fuera caminante de las fétidas playas del Zaragata, testigo
del esplendor del palacio del tirano Le Genéral Gnassingbé Eyadéma,y la miseria de su
pueblo, viajero de los caseríos de las islas caribeñas -- ¡
Como llueve Amor, ,Como llueve! -- allá, en la Isla del
Encanto, y en la Perla colgada de una oreja de la Fortaleza, y en las favelas de Caracas y de Rio, en los Cayos de la
Florida, sin flores, de gente a medio vestir, pescadores de fantasías tropicales, ¡Ah, y
en los tiempos pasados de las niños de la noche larga de la droga y el incesto, allá en Woodstock,
fiebre bajo cielo abierto, aquella intensa y precipitada alimentada por los niños de Liverpool
y la guitarra de caderas temblorosas del monstruo de Memphis... y en el Bronx de Nueva York con su negritud
y sus boricuas, y sus masas arrodilladas ante la Libertad, y su Apolo de recuerdos de Jazz y Salsa y
Azúcar y sal, y en el East Side de suciedades humanas huecos pestilentes, dormitorios habitados por la Muerte---y
en los cementerios, y en los aeropuertos, y en el alma... DESHOJANDO CALENDARIOS...
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....DESHOJANDO CALENDARIOS... solo unos pocos sitios
de tantos que recorrí con pasos de bardo derrotado... muchos sin ti... desviado de tu senda aún desconocida...
Ya no voy, bendito sea el nuevo rumbo, por terrenos donde no puedas hallarme, ni por pantanos donde pueda hundirme, ni me
adentro en la selva impenetrable del desamor de donde nadie podría rescatarme. Tú me acompañas en tan desafiante empeño para así
poder librar nuestra contienda humana y gozar el día a día de la vida aceptando, Yo, mi suerte de viajero en
la última etapa de su andanza, y tú... con la misma paciencia con la que has llevado la carga
de otros días, alegre, porque sabes que existo dentro de tu órbita, que soy tu plan más seguro, mi consentida,
tú eterna cita con el amor- ¡Tu razón de ser! No seré yo quien, luego de haber recorrido
el mundo y hecho de todo contigo, te deje de querer.
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Nosotros no hacemos inventario de la felicidad que hemos alcanzado. Solo miramos a nuestro derredor y vemos
las flores del jardín de nuestras vidas, sin deshojarlas; Cumplimos con la misión que nos hemos propuesto de
hacer felices a los demás, y volvemos a lo íntimo que es los que nos hace más felices--nos
apropiamos de la dicha en nuestro propio tiempo de escapadas al silencio de nuestra hacienda terrenal
para vivir de los recuerdos, creando nuevos recuerdos; así nos proponemos mutuamente, rodear de amabilidad
nuestras horas diarias y vivir de un beso repentino, un apretón sensual y esperanzador, una rosa
sin espinas y mucha risa para vencer las penas y llorar sin naufragar en el mar de la desesperanza-- acepto la
nieve de los años sin dormir en el lecho de los derrotados... mas no debo ser
el alazán de otros días, ni correr todas las carreras ni entrar a batallar por causa ajena--- mi
hora es de crear cosas buenas para que otros las emprendan, y hacerlo con bondad y sin arrogancia alguna. Como ayer... ¡Ayer! seguimos soñando, amando y trabajando... siendo lo que somos, seremos
lo que queremos ser: una sola cosa, un solo aliento, un solo sendero, un solo destino-- así existan mil
formas de vivirlo-- todas serán las de mantener atadas nuestras vidas, como lo hicimos desde
el día cuando nos conocimos, convencidos de merecernos la dicha---nos debemos a nosotros mismos mantenerla...
¡ Dejemos que las sombras pasen ... ojalá no truene ni caigan rayos sobre nuestra heredad
...si llegan, que nos encuentren abrigados- ¡El uno en el otro! No
voy hacia la vida material. Pero en ella estoy todavía y por un largo tiempo....Dios mediante... Sé
que vengo de necedades pero también de logros que nunca dejarán de rendir sus beneficios. Aunque estoy a mitad
de mi última batalla conmigo mismo, la definitiva...solo yo puedo ganarla...quizá debo dejar de ser el
Quijote de estos tiempos... y dejarme llevar de tu mano a tu jardín de optimismo y de logros victoriosos de mujer que
sabe serlo a toda hora. Quizá deba dejar de ser tan soñador para volver a ser el bardo que le canta a tu cariño, y
nada más.
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