PRESENCIa AUSENTE A MI MADRE Tu supiste al llegar tu hora y sentir que la rama en que posabas se quebraba
bajo tus pies, que tenías alas para volar !Eres Libre, Eres Libre! *Diciembre 8, 1911 - + Marzo 23, 2004 En estas
páginas consagramos tu memoria y la eternizamos en versos. En nombre de todos tus descendientes, proclamamos en letras
mensajeras a quienes te conocieron y amaron, lo noble y grande de tu paso por el mundo. 3.23.04 ¡Oh
Dios! No puede ser. Pero fue. Si tanto
hicimos, ¡ qué tan poco fue! amar su lejanía,
el cauce de su río, su inquieta andanza, su
prodigiosa edad, sus nobles canas, su silencio cauteloso, su soledad nonagenaria, sus agitadas noches, sus esperanza tercas, sus lentas alboradas, su
pálidas tibiezas, su inquietud eterna, su compasión
materna, su dolor sin quejas, su pensante angustia,
sus místicos pesares, sus calvarios, su agonía
corta, pero eterna. ¡Hasta su muerte blanca,
dulce aurora que nunca amaneció! Mi Dicha Poema que mi madre hubiese escrito Siempre en vela por los hijos de mi vida, la senda sola fue; ¡Oh
Dios! que nunca sepan ni jamás llorar me vean. Que mucho
yo sufrí por lo poco dado, por lo pobre de la
mesa, por el parco sustento de su infancia, por el
amargo sabor de la distancia, por todo lo negado. Mas de todo
aquello algo se logró. Suerte a suerte todo
lo alcancé, y de aquella hora y de aquella lucha vi nacer en nueva hora, nueva vida. Llena estoy de tantas gracias; muchas flores bellas en mi jardín afloran, en mi seno acuño sus retoños, a todos vi crecer, seres buenos, amorosos,
aurora siempre han sido, tibio sol de amanecer, por
el mundo en alto llevan digno y limpio haber. ¡Mi dicha, su paz y su ventura!
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Madre de Inmigrante ... llegaron de todos los rincones de la tierra....esas madres solas, esas viudas
de la guerra, prodigiosas, tenaces, y fue la cuna de sus sueños y los nuestros ...!Una Isla! Del ancho
mar su gran jornada, el fiero viento, vio llegar a Tierra Prometida. Esperando
estaban la Isla y la Bahía, los
sueños de sus propios sueños, su candor y sus designios, una patria nueva, un destino incierto. De fuerza lleno el corazón, mi dama
su morada levantó en calle ignota de
ciudad extraña y de todo y todo, su
visión de tronco en extranjera tierra un
hogar nos dio. Mi madre al mando
todavía está, que ella desafió a Nueva York, bravía, igual que fuera entre la mar pionera.
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Amó la Poesía...Estos versos escuchó
Secreto Ya pasó el tiempo de
regar la siembra, la ternura aquella de la cría, ausente está en
su propia lejanía. Por haber cruzado tanto el
cauce, la corriente se llevó mi esencia. Yo, que fuise luz
de todo y todos, perdida estoy en densa niebla; es la soledad de
haber llegado a vieja, casi a nada, después de haberlo sido todo, hoy, no Soy,. Nueve Lunas Un largo instante de temor y espera es, noble gesta de lágrimas y risas. Solo
importa el ángel que creciendo está en los parajes tibios de
la carne en flor. Mujer, al fin ¡ Mujer! en
su cumbre de gracia. Gestante sufre el goce de su vientre hinchado, la
piel estalla, el paso lento durante nueve lunas, muchas
veces nueve la suma de desvelos, el lento andar la
suerte de llegar... Sola Ella luz, estrella, blanda
cuna, opulento seno, fortaleza eterna. Lejanías New York.
Año 2000 i Esto de aquí
tan pasajero, tan lejano de la cuna buena. Allá,
sembrada estuvo la raíz de la materna herencia. Aquí, a duras penas retoñó. Se quiere aquel aire que llenara el asombro de nacer, el camino polvoriento al pueblo, el
marco de pinos y riachuelos, el mal remunerado oficio sin porvenir alguno, la
ciudad poblada de carreras y deslices, la esquina
aquella de la primera espera, el refugio de un armario
huyéndole a la abuela, la novia vecina conocida
desde niña, la tienda donde fiaban sin recibo, y con ñapa y con cariño. Se añora la pobreza aquella rica de besos acuciosos, la
hora de la parca cena, el postre servido con medida, la velada de cuentos muy miedosos entre las sombras temblorosas de una vela, el
abandono aquel sin miedo a la esperanza de no tener
ninguna. Oh dolor! desarraigada está la vida de la nativa tierra. ¿Dónde hallarla en esta soledad de patria ajena? La
Madre yace muerta. el hogar está deshecho, azota la tristeza, y
ya nada, !Nada! nos puede consolar. ii Quien se va de viaje eterno es
quien en verdad su suerte sabe. Morir es la realidad de
haber vivido. Quien se muere siente la dicha de poder vivir por
siempre, nada terrenal lo ata, desprendido está de si. Me estoy mirando así, en
blanca ruta, ya sin vida hacia la vida voy. Que nadie
se entere cuando me haya ido, que me llevarán alas ya
no mías, que al más allá, el paso es alegre, que
morir es estar sin causar motivos sin ocupar espacio alguno... Sin dolor, presiento el olvido que
la gente me ha de dar. iii Hacia lo eterno voy al fin. ¡Qué
tan lejos fue la senda, qué tan sola. qué tan larga que
tan extranjera! Fueron tantas las jornadas largas
de sudor y angustia, tantas las cerradas calles, tan pocos los amigos, tan
costoso fue lo bueno, lo logrado, perdido en
un suspiro, en aquella ausencia, en
aquel abismo, en aquel dolor, en aquella trampa de
humanas alegrías. ¡ Pero si todo fue morir
y morir y morir! ¡ Pero si todo fue vivir y vivir
y vivir! iv Llegó de repente, en
un segundo, este fantasma, esta soledad, este cansancio, esta tristeza, esta
lejanía... llegó a la puerta, penetró a la estancia, y
se sentó en la sala. Lo trajo el día en el que supe del olvido de mi gente; lo trajo la
partida de un buen vecino, la llegada de un extraño
que no quiso saludar, la sequía del fértil
manantial, el querer esquivo de quien fuese amores y alegrías por
aquí pasaron sin haber pasado. cansado de llamar, mi voz llevé al lecho de un manglar. De ronda están los duendes donde fuera la fiesta de la gente.
Prólogo a La Realidad Hoy, 31 de Diciembre del 2004, arrancamos la última hoja calendaria del año;
el pasado 23 de Marzo, desprendimos la última hoja del calendario de una vida inolvidable. Fue al amanecer de ese día,
cuando animada por el último aliento de su cuerpo, nuestra madre recorrió su estancia, trazó las sombras
con su mirada ciega, buscó tras ellas la presencia siempre alerta de su dulce hermana, compañera de alcoba y
de agonías, y le dijo: "Así me gusta, siempre juntas"; luego se reclinó sobre su lecho, ¡Oh
Dios! ya mortuorio, y se durmió para siempre. ¡Bendita
muerte. Muerte Bendita! El sol de aquella madrugada comenzaba a brotar sobre los cerros de la ciudad; el viento recogió
el eco de su partida en el llanto de los suyos y regó de recuerdos la sabana; allí descansa. Con el sol naciente
de su última mañana, la sabana bogotana se convirtió en esa hora en el prodigioso escenario de su Resurrección. La pena de su partida es indescriptible. El sentimiento es de soledad absoluta
e irreparable pérdida; al cerrar sus ojos y trazar con mano temblorosa la trayectoria de sus labios desmayados, supimos
que la dicha y el encanto de vivir también habían partido. Solo nos quedaban su labor de madre, su calvario,
sus alegrías, su nobleza retratada en obras, y el recuerdo de sus viajes por el mundo donde anduvo tantas veces prodigando
consuelos y ternuras a su prole viajera. ¡Año
Nuevo, Vida Nueva! La Madre no está. Esa es la verdad. Pretendemos lo contrario. Lo hacemos cubriendo de flores y oraciones
esa fosa suya donde nada crece, donde el resto humano yace sin fuerza alguna redentora que le devuelva su vigor; donde todo
es mito y especulación; donde cada acto nuestro es autocompasión, masoquismo, desvelo inútil, tortura
vana, peligrosa complacencia; donde quiérase lo que se quiera, hágase lo que se haga, nada ni nadie, ni Dios
mismo, podrá devolvernos lo perdido. Hoy, sorprendidos
a nosotros mismos, buscamos superar aquella pena, celebrando no su muerte, sino la eternidad de su huella maternal: ¡Su
gran Presencia Ausente! Hoy, la tierra cubre su cuerpo nada más. Su alma. Su pasión por la vida. Su sentimiento,
habitan regiones impolutas. Sin embargo, celebramos
la fiesta del espíritu. Nuestra madre no se ha ido. Cumplió 94 años el 8 de Diciembre. Ese día
se cubrió el verde césped de su tumba con las más bellas flores de la tierra colombiana; se leyeron mensajes
cercanos y llegados desde lejos, y el camposanto fue testigo de otro cumpleaños: el de la celebración de su
vida y el de la eternidad de su huella maternal. Considero
provechoso este ejercicio en realidad. Al hacerlo, creo alcanzar para mí y para los míos, un estado general
de aceptación basado en la fe cristiana que nos habla de resurrección y nueva vida espiritual. Por ello, ¡
Presencia Ausencia! es un acto de fe en nuestra propia vida eterna ganada en el Calvario, el cristiano y el propio. Hoy- como lo dijera ante la tumba de mi madre, a esta misma hora y lugar
el 23 de marzo del 2004- seguimos siendo peregrinos cargados de todas las angustias, en tránsito por el largo, profundo
y negro valle de la muerte, hacia el único reino de Luz del universo: aquel de Paz y Amor eternos en el que habitas,
Tú, ¡bienaventurada pionera de nuestro propio viaje!
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Desolación Un largo mes, sin Ella. Abril 23, 2004 En
la honda espesura de la noche de duelo que en mi
perdura sin hallar consuelo, busco alguna luz para mis sombras, sostén para mi cruz, vuelo de alondras para mi alma sola. Ella yace en olas verdes taciturnas de invernal ladera, la que fuera risas, viajera de los mares aquella suave brisa de mi vida yace muerta. Madre, habitante de
lejanos mundos, tu rumbo caminante busco dando tumbos. ii En hondo desconsuelo alivio raro a mi dolor encuentro. Sueño que mi madre el ruido tenebroso de la tierra ya jamás escuchara, ni el rugir de fieras de la yungla humana, ni dolor de perseguidos, ni ruegos de plagiados, ni agónicos latidos de parias extraviados, ni gritos
de jihad ni rifles despiadados ni gemidos de orfandad, ni estruendos desbocados. Libre, Libre en calma Toda tu existencia, Dije rota el alma y desafié tu ausencia, te declare
en vuelo eterno hacia la Nada del infinito hielo, y fuiste luego alada. En hondo desconsuelo alivio raro
encuentro en mi dolor pensando que mi madre el ruido tenebroso
de la tierra Ya jamás escuchara, (A veces pienso, muerta mi madre nunca esta que siempre escucha a
quien desde aquí la busca. (A veces pienso, muerta mi madre nunca esta que siempre escucha a quien hoy la busca 7/21/02 Miami
5:45 am
Abandono Llegado he al marco de una puertaque ayer no más abierta estaba.Cerrada
está, trazada en la negrurade un paisaje carente de huerta,huérfano de aleros, vacío de ternuras. Allí
donde todo hubo y nada hay...Donde la casa tras la puerta aquellafuera dulce amaño, luz y vida,noche y día,
fiesta y armonía,La portada, sola está en desamparo. Tu viaje, tu paso a nueva vida,tu
gentil postura ausente,tu mano generosa ya vacíatu vuelo sin regreso a nuevo espacio,Aquella puerta sembrada en una
dunase ha quedado.... Tras la puerta se detuvo un río,se quebraron mil cristales,se callaron
de rumores tibios muchos cuartos,se acabó el grano en la despensa,se cerró la calle y la avenida,el número
de aquella casa y de la calleestá borrado, la dama bella,toda gracia y todo sueñoya no habita tras aquella puertaa
la que a todos, una vez, nos recibiera. Lejos. Tan lejos de la cuna Esto
de aquí tan pasajero,tan lejano de la cuna buena. Allá, sembrada estuvo la raízde
la paterna herencia.Aquí, a duras penas retoñó. Se quiere aquel aireque llenara
el asombro de nacer,el camino polvoriento al pueblo,el marco de pinos y riachuelos,el mal remunerado oficiosin porvenir alguno,la
ciudad poblada de carreras y deslices,la esquina aquella de la primera espera,el refugio de un armario huyéndole a
la abuela,la novia vecina conocida desde niña,la tienda donde fiaban sin recibo,y con ñapa y con cariño. Se
añora la pobrezarica de besos acuciosos,la hora de la parca cena,el postre servido con medida,la velada de cuentos
muy miedosos,el hilo tembloroso de las velas,el abandono aquel a la tristeza,el aceptar la esperanza de no tener ninguna. ¡Oh
dolor! desarraigada está la vidade la nativa tierra. ¿Dónde hallar la cunaen esta soledad de patria ajena?Mi
Madre yace muerta,el hogar está deshecho,azota la tristeza,y ya nada, !Nada! nos puede consolar.
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Imágenes en la distancia Navidad
de 1960 Cuando levanto los ojos hacia el horizonte de la vida, veo retratada en
el amplio panorama del recuerdo, la imagen de mis seres queridos-esa imagen añorada que habla de estirpe, de raíces,
de la esencia pura y natural del amor y la esperanza. Cuando levanto los ojos hacia el horizonte de la vida, y contemplo esos rostros fuertes, libro abierto a la verdad
de la existencia, pienso: ¡Cuán lejos estoy de sus vidas buenas, de su estancia y de sus mimos!-
Desdibujada por mis lágrimas, veo la figura noble y pensativa de mi madre, sumida en melancólicos pensamientos,
abismada su ánima, que pregunta : ¿Dónde estás hijo mío? Cuando alzo los ojos hacia el horizonte de la vida, siento crecer la necesidad de volver al hogar de los viejos;
a estrechar sus manos trabajadoras, creativas, dadivosas y gentiles que han laborado en todos los eriales del Señor,
sembrado semillas de fe y de confianza en nuestras almas, pese a la cosecha no siempre rica, más bien parca y
efímera. Cuando levanto los ojos hacia el horizonte de la vida, siento el palpitar
de su diario existir labrando las eras de su oficio, sembrando las raíces de su estirpe; y el corazón palpita
con el suyo, y se alegra el alma con las buenas nuevas de sus vidas, y se llena igual, de amargura, con sus penas. A
contemplarlos, escucho un tiple sabanero que alegra con canción de vieja andanza la hora del recuerdo; que revive en
notas el pasado romancero; endulza el presente; se recrea en los amores nuevos y es canción viva que navega
en la cresta de las olas del mar que nos separa, uniéndonos. Cuando levanto los ojos hacia el horizonte de la vida, contemplo los recuerdos de las navidades y los años
viejos atados a los nuevos; - tantos, tantos fueron que ya la cuenta no figura; recordarlos es nostalgia; los cubre
la maleza de obligante olvido; solo el alma los recorre, solo ella sabe de sus mieles, solo ella sabe sus venenos-
es el ejercicio solitario de todo humano, allá, en el fondo del Ser, donde recordar es masoquismo, posiblemente
placentero. A Desde New York, 1960, feliz por quienes tengo cerca; triste por
quienes están lejos; desde aquí viajo en un viento de amor, cálido, aunque llega del invierno,
va recogiendo por el camino los albores tropicales del Caribe y el aroma de los Andes para llegar a Bogotá, hasta el
seno de mi madre para buscar allí, su amoroso abrigo, la más feliz de todas las navidades, el más de
todos los años nuevos, y la Paz que aquí no encuentro-esa Paz de hogar que alarga en hondas penas, por
su ausencia, la orfandad en que me encuentro. La soledad de Soledad no la turba nada. Soledad,
caminante de una playa seca, en invierno, de Biscayne. Ni las ágiles travesuras
de las gaviotas blancas con los negros alacranes arenosos; ni el sudoroso coquetear de las almas veraneras con el sol cuasi
cubano de Miami, desnudas bajo grandes sombrillas tricolores. No hay crucero alguno en la bahía ni está
de vigilia la Guardia de la Costa. Nada zarpa. Nada acora. Soledad camina los rincones de una estancia cercana de las
algas; va buscando qué hacer que de tanto que se ofrece, termina agazapada en una esquina, bajo una espera,
escudriñando la llanura Nubia de una cama plana, seca, sin promontorios que exciten a las manos a pasear por
entre los pliegues de las sedas y los refugios tibios de la escondida suerte. Soledad tiene,
hoy, un cierto parecido con un soldado en espera ante una cueva en una altura de piedras y cohetes donde se libra
una guerra santa; espera a que aparezca una antorcha que la lleve al vientre de una fiera, o la llegada de una paloma
blanca que le arrastre a un cielo puro donde abunde la compañía de un largo viento azul en viaje
a la tierra prometida. De vez en cuando, la noche turba el eco de un mensaje grabado en
chip; dice la viajera dueña de la casa mucho de cuidar la estancia, no descuidar la puerta del balcón,
ni dejar quemar la cena que siempre está colgada de una alarma, o los cerebros de PCs, compañeros
de su inquieto cibernauta noctámbulo que no se encuentra desde el otro día, ni siquiera con la sola de
la pobre Soledad. Algo no olvida Soledad. Son unos cuadros como trapos coloreados que cuelgan
de una antena en la sala de la casa, temblorosos, agitados por caras y rincones conocidos.
No olvida Soledad que la dueña dijo al partir cuando partió, que tratase bien los susodichos cuadros y
que atrapase sin faltarles tela, el diario agitar de su plástica existencia. Soledad se afana, recordando
la exigencia, a meterlos a empujones entre una caja negra ya prevista, de cinta bien trenzada, trasnochada
en un girar eterno en torno a un pálido tablero que marca, no sabe Soledad, si segundos o kilómetros. Así camina Soledad—
sin tristeza, no hay razón, y por tan poco y apurado tiempo sus actuales horas largas de novela y
sus otras tantas madrugadas de esperanza, bien cargadas, no lo dude buen lector, de tinto y humareda.
Verano del 2004-
Miami
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The Migrant's
Mom Her journey across the sea, through misty
eyes she saw its fierce winds subside upon the Promised Land, beckoning
her with dreams she could only dream, desires of life anew in
arms of nature's candor and country of new designs. Her bosom filled with pure strength of migrant mom alone, my lady settled in nameless road of
city strange, and all in all, her needs to be the root abroad of us, so small,
her fruits of labor blossom in her tree robust still. A hundred years today, Mom remains on deck, for she defied New York for us one day,
so brave, so much herself. Ilusiones de abeja en
el laberinto de su haber Es casi aspaviento este lapso De
abeja ilusionada en su panal De dulce pasaje de su ocaso De ayer a su trajín
usual. ¡Cómo trabaja su febril cabeza en
su colmena de tejidos largos, todo su sentido pone en la faena que a miel le sabe
hasta lo amargo. Que la ilusión de ser abeja La
lleva inquieta de un suspiro a otro y entre todo nunca deja de
soñar su sueño de llegar a Reina, Que corra por el reino la vendimia Del
pan y de la uva en hora buena. Miami Febrero
9, 2002 Mother.... Of all time...of every year passed, of every month and day, from the dawn of our creation, fifteen billion years Bing Bang five
thousand seven hundred Abraham, fourteen hundred walking the land of Allah, two thousand and two of Christian journeys, to this instant of arrival to
say: ¡Mom! Without you, what other reason to come home...
? Without you, Mon --- all deeds, in vain --- 'cause without you, all walks are of thorns and pain,...the daily struggle...the
perennial walk the paths of war. Mom Upon the altar of our prayers,
for us, your fruit, in vigil guards the gates of life, Whether your life reside the blue
horizons of another land, here on earth, in blossom and aroma upon your human garden, or, beyond, where you so well the heavens gained in glorious births, You, Mom, inhabit
the frontiers of never ending dreams; for it is your light of shadows mend...traversing all things
created. Madre De todos los siglos vividos...de todos los años transcurridos, de todo mes, semana y día, desde la creación misma, quince billones,
cinco mil setecientos, mil cuatrocientos recorridos, dos mil dos, hasta el segundo mismo éste
de llegar a decirte: ¡Madre! ...Sin ti, ¿para qué
el regreso al hogar, la fe -- nacer-- amar el verdadero amor, la lucha diaria . el largo
caminar senderos de guerra y de tristeza? Sin ti, ¡Madre!-- todo hacer, nada es, que sin tu haber, todo es un triste miserable trajinar. Que habites la tierra o mores los parajes de otro mundo azul, aquí, de cuerpo presente,
en flor y aroma en tu jardín humano, o allá, donde bien supiste en partos conquistar
arcanos-- Tú, ¡Madre! habitas las fronteras de lo
eterno, que tu luz repara sombras, transita los caminos todos de todo lo creado y en el altar de nuestros ruegos abogas por tu fruto amado. No podemos menos que
llegar con paso de viajeros incansables de tus , de amor y de recuerdos, y de grandes olvidos.
Tu hijo
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EN ESTA NAVIDAD
Hoy prendieron las luces de navidad en los cielos de mi tierra; las estrellas cuelgan
cerca, majestuosa eternidad para viajar azules sueños sin
querella.
De la más alta esfera pende altiva la esperanza
puesta en la que fuera madre tierna. En la memoria viva, brilla eterna y libre la feliz viajera.
Andariego fugaz de vana hacienda, mi voz elevo a ritmo de campanas, dormito solo bajo las verdes ramas
de un alto pino cargado de leyendas; todo vibra allí de viejas navidades, nuevo rito
es de vida y realidades.
To you, my friend, I walk along with you the Xmas journey
The lights are on. Xmas lights upon the heavens hanging low, close to touch, to travel journeys blue, to dream the
dream of reaching up and feel the joy.
Higher up, hope suspended travel paths of faith; tender
mother gone in our hearts alive, eternal light, happy traveler, free at last, forever
bright.
Prodigal son of passing feud, in pure accord with angels, my dream defies the heights; asleep
alone under branches green of luscious pines of thousand tales, all around vibrates of Christmas past, rites are new of life and truth. Copyright©
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Maternal de Aniversario
Tú, universo de bondad infinita, de Dios enviada para ser el todo, Tú, entre todas, la más bendita, vives en
la gloria de tus logros.
Recorriendo vamos los senderos, Tú,
presente siempre en cada cima, refugio en los abismos, herederos somos de tu amor y tu carisma.
¿Qué del mundo, sin ti, Madre? Nuestra vida forjaste con desvelos, tú, que nunca, nunca hiciste alarde
en esta tierra ingrata, allá en el cielo, rogando aún estás por tus amores, gozo eterno el tuyo en tus albores.
Bosque y Luna Bosque soy talado. yermo en la extensión de un viento helado; de soledad estoy sembrado, penoso invierno vivo bajo la sorda capa de pálida hojarasca. Fui bosque viajero de altas cordilleras, mis sendas verdes bordaron con trenzas de pinos y abedules las colinas de pueblos y ciudades.... De todo aquello, la llama de una pena se encargó... y fue largo y seco mi lamento. La luna compañera de mis noches, ya sin espejos ni amoríos, ya sin Sol ya muy fría se murió y el frío de la tumba al recoger su rostro congelado, de su frío se extrañó. Semilla Sabes? Me contaron un secreto- y me dijeron
que nadie más sabía, que jurase no hablar de lo que oía y me fuese a pensar en un desierto- me contaron de una brisa perfumada que corría llevando rosas blancas por un paisaje de colinas
blandas poblado de querubines con sus arpas. Me contaron de un país de hadas muy calladas, donde
hilaban sueños las princesas en husos amorosos, prendas para vestir palomas, copos de seda para
envolver mañanas... esto si me dijeron ayer que lo dijera. Sufrimientos epistolares Nunca
fue por falta de una carta con destino al lar lejano. Nunca por haber dejado a mano enviar epístolas rosadas
portadoras de cariño, ni escuchar ansioso el eco de un amor lejano. Mi viajera vida siempre fue un
enviar de besos estampados en sobres y misivas- el incierto de cosechar silencios fue su pena- empero quise
llegar con la brisa del mar a los desiertos. No fue por nunca haber cruzado el ancho océano, ni sufrir
la pena ajena, éste que fuese siempre dado a la diaria faena de acercar con versos lo lejano, de tanto
cultivar ausencias sin nada cosechar, agotado yace, solitario, lejos de su gente toda, no de amar, sino de saberse
de todos olvidado. Cavilaciones a la hora del frío Ha llegado la hora del frío cargada de la melancolía de la nieve. Es el frío de la soledad de los años que ya no tienen
el calor de los veranos ni el son de playas, de canción desnuda, de piel canicular en marejada, sudorosa
entre los avatares de la espuma. Es el frío de la ausencia de aquellos que llegaban a la puerta
en son amigos y al partir dejaban el recuerdo de su entrega colgado en un perchero, su adiós suspendido de un geranio en la terraza en una esquela breve delatora de promesas. Ya su eco no resuena en
la posada, nada en ella existe que los traiga de regreso, la causa está olvidada y solo habita el
frío de su ausencia. en la hacienda vacía de mi alma. Un rayito para trepar al cielo
Marzo 23 2004 ¿Por qué será? Si. Porqué aún el sol calienta, se levanta, se arropa con las nubes, y brilla aún? ¿Por qué si desde
hoy la noche impera y todo es polar, lejano, yermo y abatido? ¿Por qué
voy tan apurado a un lugar que veo lejos, lejos, muy lejos, y corro, y creo ver la luz que alumbra en un clarito un punto azul donde no llueve, no truena, no hace frio, y quiero allí llegar, y por allí trepar, trepar, y trepar hasta llegar al
cielo
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Definición de mi Soledad Miami 2004 Sentirse
solo es un verso dicho al viento de un gemido largo sin testigos que turben el silencio del alma que yace
en un letargo. Sentirse solo es tiempo en laberinto, es alargar las manos para deshojar de un árbol muerto los chamizos secos; es tener puesta la mirada en una espina, es andar por un camino
yermo, es llegar al fondo de negros arrecifes desolados. Sentirse solo es posar para un
retrato sin pintor; ser un lienzo colgado de un suspiro; es arroparse en la esquina de un desierto a ver pasar
la arena trazando los senderos. Sentirse solo es perderse con el sol poniente, esconderse
en una nube buscando su destello, es reclinar la frente en el último arrebol y treparse a un barco a navegar
en negro sobre el mortuorio lecho de un recuerdo. Junio de Siembras Miami 1993 Seis
meses de siembra infatigable, mi heredad retoña, las espigas doran, labriegan todos en la huerta amable, vida y gloria repicando van las horas. Llegaron nuestras madres a sembrar de flores nuevas
la pequeña estancia, el suave paso de su lento caminar marcando va tonadas de la infancia. Con ellas toda hora es de albricias, de sabernos hijos buenos, estrellas para sus ojos ansiosos de
primicias. Con ellas, la vida toda siempre aflora, son a luz que rasga abismos negros, los desas noches cuando el alma llora.
ADIOS A LOS ESTADOS UNIDOS-
Miami Junio 25.2004- 3 Meses después de tu Adiós al Mundo.
Escribo para ti, madre mía , tan lejana
estos días como el viento que aquí no corre ni asoma por ninguna parte; te escribo desde el verano,
el largo verano del 2004, el de la despedida que viene diciendo Adiós desde siempre; el de olvidar la puerta de la
casa, abierta a una playa desierta para que nada impida la llegada del olvido; el verano de entregar las llaves que abrían
el porvenir al bullicio de tumultos extranjeros; el verano de donar muebles viejos, y ropa usada, y cachivaches de aseo
y de paseo, y asados y arreglo de jardines y quehaceres por demás ociosos. El verano de zarpar del
ruido hacia la callada elocuencia del silencio. El verano de volver para volver.
Escribo desde el último verano de mi última angustia americana, antes del primer
verano de otra angustia; te escribo desde mi última copa de vino en esta orilla
del mar; te escribo antes de la primer angustia en otra esfera, en otra tierras y en la misma tierra. Te escribo
para decirte que estoy aquí despidiendo un gran trozo de mi vida; el último de mis trópicos ardientes;
el de muchos atardeceres que nunca anochecieron viendo amanecer al tiempo un otro día al otro lado de los mitos; el
de negarse muchos hoy, pensando en todos los mañanas. El de hacer nido en una colina al sur del miedo para sembrar
la confianza al norte de los sueños. El de cerrar para siempre tu alcoba y transportar al mañana tu pasado,
tu silla mecedora, tu TV, tus retratos, tus prendas, tus quejas tu paso por el Norte siempre en rumbo hacia el Sur.
Te escribo desde la cuna de todo lo que hice; te
escribo desde la tumba de todo lo que fue; te escribo desde el vientre que todo lo engendró; te escribo desde
el abismo donde todo se perdió; te escribo desde el todo de todo lo que soy; te escribo desde el tronco que a
todos protegió; te escribo desde la rama que a todos albergó; te escribo desde el suelo donde todo lo que se
sembró, creció. Te escribo desde donde todo queda y nada queda, que al irme para siempre, me quedó
en todo y en todo, soy. Así
se engaña al corazón. Con todo y nada. Escribiendo desde el último verano de la vida en otra vida, camino de la vida en nueva vida; sintiendo el Fin en el funeral de la semilla;
el deshoje de las hojas de la vida en cascadas de lágrimas y ventiscas de polvo en camposanto
; sintiendo en cada grano de la tierra el peso de una tonelada de silencios; en el viento breve, una tempestad mortal
para cada aliento de la llama. Hoy,
ya sin ti, Madre, pero contigo en órbita de sueños, escribo mi Adiós a la que fuera en buena hora
tu patria y la mía, de adopción- en esta hora de verano, escribo de regreso de lo que ya no es,
a lo que puede ser. Te escribo para decirte que hoy lo dejo todo para volver a todo. El todo en cercanías de tu tumba
sabanera. Ese todo que es: COLOMBIA.
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Un Asunto de Ciudadanía Centro
de Convenciones de Miami Beach, EE.UU. Abril 23 de 1999.
María
cumple ochenta y seis. Es una viejita dulce, todo el mundo lo dice; aún tiene alas para volar como las tuvo cuando
llegó a vivir encerrada durante cuarenta años en un apartamento de dos alcobas de la Calle Ash sobre el Bulevar
Kissena de Flushing, allá en el condado de Queens, Nueva York.
También vivió en otro de tres cuartos en la Avenida Colden del mismo barrio. Más
tarde, en otro de cuatro recintos en el Bulevar Parsons, y finalmente en casa con mortgage sobre la Calle Smart;
tortuosa de recovecos, con cuatro alcobas a cual más de pequeñas, un sótano oscuro invadido de todos
los trebejos de todo el ático empinado con escalera colgante, unas cuantas ventanas pequeñas de cremalleras
trabadas, ocho radiadores quejumbrosos, paredes irregulares rellenas de asbesto, parches y empates construidos al azar y,
lo más halagador de todo el ambiente, un patio de asombro con árbol dc uvas, espacio propio, privado, enorme
privilegio lejos del tumulto citadino de piedra y de hierro.
Para María, aquel lugar significó una esquina aunque siempre inestable, el sitio
donde velar al más pequeño de los nietos, cuidar al que estuviese enfermo, desvelarse en un sofá de la
sala para darle campo a los eternos huéspedes, siempre alerta, hacendosa, llena de vida y poco a poco de años,
viendo crecer a los suyos para el trabajo, para el army, para la universidad, para los novios y las novias, para
el American Dream, con el suyo convertido en vejez y enfermedades.
De su tierra lejana, el recuerdo nada más, la noticia violenta, la pobreza de los familiares,
la guerra de la droga, la violencia de los partidos. Poco de bueno, mucho de malo. Del hijo que se quedó, su visita
el día que cumplió los ochenta, la primera y la última por aquello de falta de todo, a traerle cariño,
café, golosinas y muchos retratos de sus nietos lejanos posados frente a los cerros de la ya para ella desconocida
capital andina a la que soñaba regresar tarde o temprano.
María nunca aprendió el Inglés pero siempre dijo sankiu con una sonrisa
de comprensión a todo el que le hablaba enredado. A sus nietos les trató con ternura y en lengua castiza
hasta que empezó a notar en sus caras que no le entendían y al hablar lo hacían trabados del todo y de
decirle abuelita no pasaban. De no ser por sus propios hijos que se conservaron nativos de idioma, María hubiese dejado
de hablar resignada a dialogar con la televisión hispana, los personajes amargos de las telenovelas mexicanas
y el revuelto artístico de Siempre en Domingo y Don Francisco y otros tantos amigos de celuloide presentes y vespertinos
en la pequeña pantalla de su Toshiba de 14".
Claro que María se ganó la vida en tiempo que ella buscó sin que nadie ayudase.
Trabajó 36 semanas para el Sr. Horowitz, un ricachón olvidado del mundo en una sombría casona del
opulento Great Neck hasta su muerte por hambre expulsando la vida en cuatro lavados de vientre por día que María
contratada para ello le aplicaba de cuatro laxantes distintos hasta dejarle con su obstinada exigencia en los mismísimos
huesos y a ella en la calle. Bendito
el anciano de todas maneras. Él se lo dijo, "María, la he puesto en el Seguro Social para que nada le falte
cuando sea viejita, como yo. Para que le den su pensioncita y tenga para comer de su propio pecunio; mire Maria que
usted se lo merece todo por dulce y por buena. No tendrá los trimestres que exige la ley para el verdadero seguro social,
pero si es que usted le ha dado cuarenta años a esta tierra y sus hijos y nietos y biznietos son gringos y pagan impuestos
y usted que los crió, ¡No Maria. Usted se lo merece todo! ".
Y así fue. Un día, cuando cumplió los sesenta y cinco, se llegó solita
al Seguro Social de Flushing y de allí salió con SSI, Medicare y Medicaid y sellos para alimentos-setenta
de a diez y cinco de a dólar y por vez primera en su vida Maria conoció una cuenta de ahorros, contó
con su propio dinero y pudo enfermarse a su gusto, jugar a la vida y hacer regalitos, y sin tener porque, ayudar con
los gastos en casa y pagar las de larga distancia y pensar en ahorrar para volver a la patria.
Un día, y de ello ya van dos años, Nueva York dejó de existir. A su
corazón agotado de tanto latir por los hijos no le convino la urbe ni el correr y correr del Hospital de Flushing al
de Astoria y de no ser comprendida por los médicos hindúes, los médicos chinos, los médicos filipinos,
ni poder explicar sus achaques de viejita monástica, siendo ella tan tierna y tan buena y tan llena de sankius.
Y así lo demás. La hija ocupada bregando
con todo y empleo y marido, los nietos de carrera en carrera, la casa repleta de amigos, el yerno cansado de verla
metida sin nadie llamarla, el invierno, el verano, año tras año esperando la noche, esperando su hora, olvidada
en su esquina rezando el rosario, escuchando a lo lejos llegar y partir los aviones del JFK y contándole cuitas a su
amiga Cristina. De allí partió
una mañana ayudada por alguien-para no entrar en detalles- cansada, sintiéndose inútil, incomprendida,
hermana de la soledad pero con muchas ganas de vivir y de hablar español y acercarse a la patria y con muchos planes
de ver a los suyos pasar los inviernos bajo una palmera en las playas, nada más ni nada menos que las de
Miami Beach, casi que en Sobe. No
es que María sea rica, Eso bien lo sabemos. Lo que pasa es que María y muchos como ella pueden vivir en
Alton Road gracias a la Miami Beach Housing Authority. Allí el arriendo es subsidiado, están construyendo,
siempre están construyendo viviendas baratas y renovando los viejos hoteles, no se requiere de abrigos de invierno
costosos, el SSI llega más lejos, se puede existir con agua de coco, en el Jackson Memorial donde ya tienen su historia
es atendida por un médico cubano, la trabajadora social es salvadoreña, la enfermera colombiana, el administrador
del edificio puertorriqueño, el transporte gratuito y el chofer hondureño, en fin, parece que toda Latinoamérica
habita la zona - hasta una emisora transmite desde su propia tierra- y a nadie le cobran por sentarse en las playas
y andenes de Sobe ni por ver circular enormes carrozas, parecen mortuorias con sus grandes ojos negros, y el desfile nocturno
de gentes extrañas o sentarse a mirar el mar infinito y los cruceros que apuntan al sur, y sobretodo, tan cerca
de su tierra que ya se perfila detrás del cercano horizonte.
María se siente feliz, al menos hasta ahora cuando todo parece acabarse de no convertirse
en ciudadana norteamericana. Se lo ha dicho la Trabajadora Social del Departamento de Recursos Humanos de MB. Y tiene que
hacerlo porque el mundo se acaba en Agosto. Por
qué? Vaya ella a saberlo. Y si llegase a saberlo no lo entendería. Que por el elevado presupuesto del
Challenger y el de las residencias en órbita; que por el enorme costo de las campañas presidenciales que dizque
hasta la Casa Blanca es ahora un hotel de diez mil billetes la pernoctada; que porque el Sr. Clinton y el Sr. Gore requieren
de todo el dinero del mundo para defenderse de algo que llaman TitanicGate y MuchoGate; que el déficit es un monstruo
indomable y solo se aquieta recortando de aquí y de allá; que tampoco alcanza el dinero para acabar con
los narcos ; que se necesitan millonadas para extraditar a los de El Cartel, en fin. No hay dinero. Punto.
Por ello el Estado decidió exprimir a los
desamparados, los sin hogar, los enfermos, los que tienen SIDA-a todo viejito con Alzheimer o sin Altzheimer, a los que viven
bajo el amparo del Miami Beach Housing Authority, en los hotelitos de la Ocho, en Michigan Avenue o la Jefferson, en los proyectos
de South Pointe, en todos los ancianatos de Dade y de Broward y en un sin fin de cuartitos sin AC alineados en Flager
y muchos otros tantos sitios tristes pero seguros, hasta hoy-es decir a todo el que vive donde vive que no sea ciudadano norteamericano,
a como dé lugar y.... para ayer. La
solicitud de ciudadanía de María -el número de su expediente es el SRC-96-260-51985 Caso N400-
fue tramitada por el INS tejano en Septiembre del '96 y recibida en Miami en Febrero pasado. Asi, tan cerca, para bien
o para mal, se encuentra guardado el futuro de María, según el voice mail del INS, en una fortaleza
decadente de Brickell Avenue, hasta que se determine su turno entre un millón de peticiones con atraso de años
y el FBI juzgue si ella es delincuente ya que la excepción caducó el pasado Diciembre.
Ha un par de meses desde que Maria asistió
a una entrevista en la Calle 102, en una bodega improvisada con doscientos escritorios atendidos por gentes latinas bilingües
encargadas de decirle a Clinton quien se va y quien se queda. ¡ Maria se va !. No trabajó lo suficiente
como para calificar para nada. Asi que en Agosto se acaba el SSI, las estampillas de alimentos, la vivienda, el Medicare
y el Medicaid. En otras palabras, es un asunto de ciudadanía, por otro nombre, de vida o muerte.
Claro que ha de lograrlo. Digo, la ciudadanía.
Este es el país de las oportunidades. Solo le queda enfrentarse a la barrera del idioma porque si no sabe inglés
y no pasa el examen hablado y escrito antes de la cita esperada día tras día- y un día es un suspiro
cuando se tienen 85 años-no hay ciudadanía. De no lograrlo, María no tendrá con que comer de Agosto
en adelante; dormirá en la calle, trabajará, no podrá dejar que le rinda su artritis, tendrá que
ver el mundo por entre cataratas, olvidar sus achaques y aguantar hasta que califique- de lo que está segura
lograrlo cuando lleguen las elecciones presidenciales del año 2000 y con ellas la cita en el INS, cuando cumpla
90 en Diciembre. Pero María
es de suerte y con solo decir sankiu y por ser tan amable como es se gana a las gentes como se ganó a la Sra.
Paredes del HR. Sus sellos de alimentos fueron renovados en Febrero, pero hasta Agosto, se lo dijo con algo de pena
la buena señora, agregando " asegúrese de estudiar para su prueba de ciudadanía y cuando
se naturalice, de notificar a todas las agencias del caso para que le restituyan todos sus derechos y... "God Bless you,
María". De acuerdo, un
alma caritativa le obsequió una grabación del examen de ciudadanía y su copia en papel; desde entonces
la vida de Maria se ha convertido en leer y escuchar las preguntas y contestarle a la Sony de bolsillo prestada, las respuestas
y lo que es más, ayer fue inscrita en el New Citasen Project, Citizenship Test for Naturalization y María
regresa a la escuela, por un asunto de ciudadanía. Nunca había visto nadie como Maria. ¡Que empeño, que ganas de vivir, cuanta fe
en este gobierno que ahora pretende quitarle todo lo que según opinan los sabios nadie puede quitarle porque se lo
ganó con su vida de madre y de abuela, porque fue residente legal, porque solo hizo el bien. Ahora estudia y estudia
y toma pastillas de Gincoba que en catorce días aclaran la mente y optimizan la memoria. Ya canceló
los US$26.00 del examen escrito y entre clase y clase reza porque no la entrevisten sin saber contestar las preguntas.
Maria ya no escucha la radio ni ve la TV
porque solo transmiten el conteo fatal que ya va en diez y apurando. Solo se escucha en su cuarto de Alton Road una voz de
cassette que pregunta: "Quien es el presidente de los EE.UU.?", y entre las sombras, la suya que contesta
debilitada por edad y por hambre ya que ni los sellos de alimentos se atreve a gastar: " Bill Clinton. Bill
Clinton, Bill......qué?
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