III
III Divagaciones de tiempo
y espacio. una década muerta con repercusión de siglos. Viaje
de presagios y espejismos.
He leído 80 AÑOS DESHOJANDO CALENDARIOS y encuentro en esos
versos, infinitud de vivencias, de luces y de sombras que suelen matizar la vida y llenarla de recuerdos. Eso es la poesía:
expresión del alma con música del interior profundo que sólo el autor sabe y disfruta. Es una bendición
estar con vida aún... cuando hay tantos que murieron jóvenes, tal vez, con esperanzas y proyectos rotos, listos
para rehacerse en otro mar de ideales.SOMOS
AFORTUNADOS por haber llegado a este trono de 80 mayos. FELICITACIONES. Como retorno a tu emoción poética, con cariño
te escribo: Saltando, con paciente ritmo he contado los instantes de esta
hora desgranando
mi rosario de oración y rimas por tu feliz ingreso en mi memoria. Te hallé en la orilla de un océano de versos, activo, apasionado, insurgente, creativo. Percibí una mente desbordante
de ideales, y
el palpitar de un corazón inquieto y pensativo. "La vida es bella", te dije con ternura. "No comienza para mi hoy, sino
mañana". "Te extraño"... en la penumbra, respondiste y así nació una amistad del alma. ¡Cuanta emoción, mi sentimiento encierra! OCHENTA cumples, en este tres de
Mayo.
Has
logrado sembrar y cosechar MIL LETRAS en cada minuto de tu CALENDARIO. Cecilia Lamprea de Guzmán
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En tu cumpleaños A mi hermana 1965 Sigue la tierra su infinita marcha por fronteras de risa y de llanto, surco
son de pétalos o escarcha, de alegrías,
duelos y quebranto. Igual los dos, peregrinos del tiempo, extraños viajeros del espacio azul, vagamos indecisos, solos y sedientos por
senderos de espinas o de tul. Separados
de todo lo que amamos, somos ríos paralelos
ansiosos de la mar; corremos locas vertientes de veranos por rutas agrestes de eterno recordar. Destinos
raros por mundos diferentes, peregrinos de la
vida, vamos sin cesar por las sendas abiertas y dolientes de un continuo luchar sin acabar. Hoy,
de nuevo por la ruta del otoño, vengo a celebrar
tu cumpleaños, acariciar tus tiernísimos
retoños y calmar la sed de tantos desengaños.
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Añoranza Boston, Mass. USA Mayo 3, 1960 cuando era joven y era bueno
y en el alma ardían
fantasías. Añoranza
de besos pioneros en los tibios ocasos de la infancia, principio de mis versos viajeros. Añoranza de todo lo que fue tan bello
por los largos caminos
de mi vida cuando, bohemio alegre, devanaba sueños.
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Atardecer Miami 1967 Me he quedado solo en una encrucijada... de sombras y de llanto y
una llamarada quizá como el último holocausto. ni las aves con su fiebre alta ni los peces con su corriente de abismos ni el mundo en su loca en la agonía del otoño...
de un final como todo final, sin nada ni nadie, esperando tu mano si
aún existes para cruzar sin llanto este
camino de dobles distancias sin
mirar atrás lo infinito de la Nada.
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Tu hijo... C.C.
1968 Que tu hijo crezca como río que baja de una nube bravía de la sierra; Intrépido, con su madre única coraza, lleno de semillas como la misma tierra. Porque
tiene que ser tu hijo llanura de apacibles vientos, ilímite y altiva. Como el seno que lo crió, será criatura noble que corre feliz hacia la vida. Tendrá
tu gesto y tu mirada traviesa. Será
esquivo y juguetón como tu risa, y tendrá caricias de princesas para tornar sus tempestades brisas. Por encima de todo será tu Hijo. ¡Tu Hijo! Todo él. Desde la semilla
misma hasta el erguido
tronco... Tuyos sus caminos y
su largo recorrido hasta la cima. Tuyo su llanto de niño y de hombre... su mano para empuñar la espada y sus ojos profundos y tu nombre santo para que jamás se atreva a herirlo nada. Mujer:
Tienes que ser su única esperanza. Tú, su mar, su desierto, su mejor amiga. Hoy, espina y rosa. Vértigo mañana, dulce vértigo de amor ante tu Hijo.
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La Hora del Reposo Miami
1966 Suspendido en el tiempo y el espacio, adormecido, un sueño convulso y agitado se llena de siempre remotas alboradas, naufraga en rocas de impávidos silencios. Es
el sueño de todos los que amamos de una hora ya lejana la esperanza, y en medio de la mar abierta naufragamos de un puerto a otro puerto en añoranzas. Es la historia aquella de jóvenes amores que
nos habla de intrépidos leones por lados de incógnitas almenas, cantaores de sus locas ilusiones y sus rotos corazones. Es
la vida con sus largos caminos madrugados que dormita a veces a la sombra vespertina y se tiende en el aire de pasos acabados a musitar recuerdos de imagen peregrina. .............................. En medio de
esa hora semiabierta, siento los pasos de una brisa suavizante que
se acerca a las flores de mi huerta por entre el sueño aquel suspendido y vacilante. Madrugadas 1967 Hay madrugadas de sol y de brisa en que la
vida larga y azarosa se torna cálida y llena de sonrisas y
sutil como las leves mariposas; Madrugadas de luz y de contento en que las hojas susurran melodías y el profundo azul del firmamento copia la silueta de añoradas lejanías; Madrugadas de paz para el engendro humano; Madrugadas en que se olvidan sus pesares y se lleva con piedad cogido de la mano, un mundo de sueños y un ramo
de azahares. Son estas madrugadas las de mi niñez pasada las que añoro melancólico y sombrío, cuando me pierdo en
las negras alboradas del fatídico invierno de mis amores idos.
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Distancia azul A bordo
del ARC Caldas, Caribe Colombiano 1950 A Marina, mi hermana Para ti, velero que se
escapó del mar... Niña azul que se me antoja marinera para buques blancos de raudo navegar.
Para ti, sencilla prisionera de un mundo raro, pequeña soñadora de gaviotas con misivas de
amor para mi llanto. Para ti, anclada en otro puerto, nave sola que en muchísimas angustias surca
mi tristeza con velas desplegadas. Canto marino que en mis noches llega hasta el muelle desierto do acodero, ola que me besa y en el alma deja el verso azul y la canción primera. Para ti, hermana
gemela de mi alma. Para ti, desde mi puerto hasta tu rada. Para ti, desde el hondo vacío de la mar. Para ti, desde la arena dorada del Caribe hasta la inmensa quietud de la sabana... Para ti, velero
azul que se escapó del mar.
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Quince años (Un grito en el desierto) Bogotá, Colombia 7.31.1965 Esta
hora de tu amable calendario genera de nuevo mis primeros sueños interrumpidos
por el largo rosario de tantos años llenos de desvelos. Hora que no se repite ni espera prendida en el temblor de su
mañana pero que tiene una fuerza tesonera de inquietudes supremas
y tempranas. Hora de rama nueva y de semillas en una tierra abandonada de horizontes, presentimientos de gráciles
espigas, de mar, isla, playa, llanura y monte. Hora de quince años para empezar serenamente a descubrir la vida y en las azules olas peregrinas navegar hacia la mar desconocida. Te espera un mundo sin explicación para
tu cabecita de quince años que solo sabe de mitos e ilusión e
ignora los amargos desengaños. No vayas con
el viento muchachita ni pierdas esta orilla tan serena; no
te alejes todavía tan solita por esa playa de tan movible arena
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Alegría del nacer Navidad en New York 1968 Blanca luna, Blanca nieve; Azul y lejanía. Cosas van y vienen en el alma mía. Es la estrella feliz de mi alegría. La estrella perdida del ayer en las hondas tristezas de la
vía que regresa brillante y vuelve a ser. Arbolito verde, arbolito de amor. Faroles y destellos me están dando calor. Bajo tu sombra me estoy durmiendo con mis paquetes rosados de Navidad, mientras tus luces se van regando por las esquinas de mi vanidad. Luz y sueños; estrellas
y árbol van pasando mi corazón... ¡Ay, que me están llamando por las veredas de la ilusión! Estrella de mi rincón,
Mi amor, me voy cantando por el mundo azul. Me voy, Me voy sin un dolor; ¡Ay!, Que estoy repleto
de luz. Blanca luna, Blanca nieve; Azul y lejanía. Cosas van y vienen en el alma mía.
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