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Verdadero y Cierto Milagro

Cuenta la leyenda que el Rey, un día convertido en San Fernando , tuvo una visión de la Virgen prometiéndole la conquista de Sevilla. Al cumplirse la visión y como agradecimiento, quizo el Rey que los mejores escultores produjeran la imagen exacta que se le había aparecido, sin que ninguno lo consiguiera. Unos supuestos artistas alemanes lograrían realizar el encargo real que por las sorprendentes circunstancias que lo rodearon, fue declarado " verdadero y cierto milagro" por el obispo Don Redondo.

Asi nació la Virgen de los Reyes, Siglo XIII, pieza central de la Capilla Real; su milagro de piedra,descansa en su nicho sobre la misma tumba del Rey que la ordenara, y duerme con su ojos abiertos a la profanación de la toma -- con todo y protesta y condena del capataz del alba -- ; de mi presencia abismada ante el sarcófago de oro y de plata del conquistador de Sevilla.

La leyenda, sea dicha en alegórica referencia al pedido que hago ante el Rey San Fernando, en su día, de concedernos, a ti y a mi, la reproducción eterna, cerebral, de este instante de cofradías, hermandades, cortijos, alcázares, campaniles, encerronas de toros bravíos, en un retrato que tenga marco de piedra, que bordee ayuntamientos, parques reales, glorietas moriscas, murallas, baluartes, veleros zarpando desde los embarcaderos del Guadalquivir, hacia Cadiz, las misteriosas islas, las supuestas, legendarias Indias, y muchas iglesias y palacios venerables, enormess casas señoriales, artesonadas, habitadas por fantasmas estatuarios, romanos, griegos, marroquies, y sultanes, califas y monarcas amenazantes.

Amigo, como no estás aqui, te creo ser uno de esos fantasmas que dicen que habitan el Alcázar, un espíritu acechante en la Plaza de España; Yo marcho rumbo a Jerez, embriagado de mis atrevimientos, disgustado por no estar de veras.Voy en jaque de quedarme, que quedarse es vivir y partir es morir en una tarde de toros sevillana, de un tiro en la sien junto a Belmonte o empitonado en gloria torera, con Manolete./ Don Cristobal Colón, de cuerpo presente, cenizas, leyenda, con o sin cabeza, venido de la Habana; detenido en Santo Domingo, o en cualquier isla de su nuevo mundo, desde cualquier lugar del mundo, nos contempla al parecer, lo afirma la Iglesia, desde su catafalco suspendido, colgado del cielo negro de las bóvedas hispalenses, sobre los hombros doblados como si lo cargasen de cierto, de la majestad estatuaria de los reinos de Castilla, León, Aragón y Navarra.

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