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Andanzas de Una Pluma Andariega... Hoy, por Sevilla
Calle Arfe, encuentro con Antonia Díaz, una pequeña plazoleta en el corazón de Sevilla, encuentros con Adriano frente al Mesón Cinco Jotas, la Perla Sevillana que se endereza hacia la antigua calle de Carreteria. Aquí ocurrió una vez más, el milagro de poder aventurar mi pluma por los transitados caminos del viejo continente. Siento por fin haber llegado a recuperar el alma, que al renacer sevillana, ya venia con sus raíces sembradas en estas tierras de España y por lo tanto el cuerpo que la recibiera en Santa Fe de Bogotá, habiendo vivido a medias, prendido siempre estuvo a la fuente con la que soñara y escribiera imaginativamente de su romántica queja a la paternidad extranjera. Despierta Sevilla a su acontecer diario de ciudad inexplicable, en este cruce de calles, tres esquinas, tan cerrado que parece darse de cabezasos, y tropezarse los muros y los balcones, en su afán de abrirle paso al bullicio de los coches que lo invaden, transitoriamente desviados del Guadalquivir por el cierre de vías para escavaciones de aparcaderos que violan las entrañas acuáticas, las osamentas y los vestigios moros del subsuelo de la vieja Sevilla. Leo El Diario, año IV, número 1174, sin afán alguno; ¿Por qué tenerlo aqui donde los siglos se han quedado detenidos para ver desfallecer en su terrible apuro el XXI, torturado por la velocidad? Por ello, recorro lentamente las páginas de El Diario de Sevilla, distraido brevemente por el alzarse de las cortinas metálicas de las tiendas y el cotorreo andaluz de dos mujeres centenarias en trance de espera, que cuchichean en una mesa vecina --- se me antojan ataviadas de mantilla y largos ropones de vistosos florones, majas jóvenes y bellas al acecho de un sultán enamorado. Hoy, en su columna "La Ciudad y los Días", el periodista Carlos Colón opina que " Sevilla se ha vuelto Tejana. Según Colón " los Andalucistas se han vuelto o adquirido maneras de ranchero tejano rico que tapizan sus coches con piel de vaca, les ponen unos enormes cuernos en el radiador, y los matriculan con su nombre o un alias asi como: JR " Es tan poco el tiempo transcurrido en Sevilla para poder entender tal afirmación, pero, Si, - algo en su devenir modernista - me dice que Sevilla se convierte en un apurado centro urbano que, sin temor a profanar sus tesoros milenarios, habla, piensa y ejecuta obras de decorado que la amenazan con convertirla según Carlos, en "una Sevilla falsa y hortera, neotópica, cursi por cateta, del tipo "no farte de ná" , que se transforma en "chalés to ensoletao"s, y de sus calles pedrozas, adoquinadas, silvestres, se desprende el olor de los pavimentos que ofenden por igual la historia, la estética y lo práctico". Y todo fue un hacer de andariego por Sevilla,comprender lo que de ella se dice, y descubrir sus encantos. Logrado el designio, hoy saltan a las páginas de este sitio para recorrer otros mundos con el afán de su autor de contarle a sus amigos el romance de su pluma con las piedras. En algún lugar ataviado de corrillo y gana andaluza de hablar largo y corrido, oí decir que el viajar causa la sensación de creer, -- al ver lo que nunca antes se ha visto -- que es mejor que lo vivido. Se me ocurre al meditar sobre el dicho, que viajar amarra el espíritu y que de tanta diferencia y tanto parecido se acaba siendo feliz en cualquier lugar y acomodado en cualquier esquina del mundo. Hoy, esa esquina es Sevilla. Desdoblemos la duda de no saber a donde ir, y que corten el viento los capotes plegados sobre la barrera. Están allí, tendidos, en añoranza de Rafael, "El Gallo", el Divino Calvo, el de sombrero de ala caída, pañuelo blanco, botas flamencas de gitano y un puro en el bolsillo, torero de la guerra civil, el de las tardes de duelo y días de encuentros cerriles entre el hambre y la desdicha. Es que los toros vistos desde la barrera, conmueven a los que no tenemos la audacia de hacerlo en el ruedo -- que desde la Santamaría de Bogotá y la Monumental de Mexico, nunca he visto tarde más" coloreá, ni más salero ni más gracia" ni tanto estanco y tabacos, que ésta, en la Plaza de Toros de Sevilla, la de Juan Belmonte, tarde de toros nuevos, sangre fresca, estancada en espera de la espada, tarde de nombres sin nombre todavía, Lebrija, Rubias, Serafín Marín, El Cid, Luis Wilches, Fernández Pineda -- los Manoletes, Arruzas, Dominguínes, el Cordobés de hoy, gran maestro, toreador de canas, en fin, los grandes de mi ayer torero, en duelo, que por hablar a solas con los toros, los más están hablando ya, con Dios Enter content here Enter content here Enter content here |
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