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Una Razón de Ser

Ave Viajera: Con el sentimiento que produce el amor al arte y la literatura. Serafín

Dedicado asi nos ha llegado de manos de su autor, su libro AUN NOS SOBRA TIEMPO, Arte Sinú. Montería, del cual extractamos, una vez más, prologado por el reconocido escritor barranquillero, Antonio Mora Vélez, la más acertada de las introducciones sobre un poeta para quien el "amor a la naturaleza es una forma permanente de amor a la vida", como lo dijera el poeta uruguayo Idelfonso Pereda Valdez. Asi define Mora Vélez la obra de Serafín Velasquez:

PROLOGO.

La poesía de Serfin Velázquez Acosta responde a una necesidad interior del pensamiento que se expresa en la tendencia generalizada del hombre de buscar en la naturaleza su razón de ser en el futuro. Sin mengua de otros temas universales como el amor y el estremecimiento frente a la muerte que acecha – temas que en el poeta adquieren una dimensión humanista – hay en los poemas de Serafín una cosmovision que presenta al hombre en estrecha comunión con su entorno natural y en una perspectiva que es parte de esa cosmovisión, muy en la línea de quienes definen a la naturaleza como el ser inorgánico del Hombre y a ese como a un microscopio que reproduce el esquema macro y que está hecho de su misma nervadura.

"AUN NOS SOBRA TIEMPO" es un libro de poesía ecológica, cósmica, intimista, en la que el amor adquiere la dimensión helénica y funge – como en los versos de Empedocles – ser la gran fuerza que une, que crea, que hace que los elementos fragüen y conformen las cosas del mundo, en franca lid con el odio que desune y destruye.

En sus versos , el poeta Velázquez se nos muestra como vitalista en su mas amplia significación cuando clama por la vida y por las plantas, le canta el trabajo que se hace en armonía con el verde de los valles y ruega porque "el sol brille sin enojo".

Por ello la palabra de pase de este libro es SIEMBRA, para evitar que la obra "memoria del big bang" quede trunca y concluya antes de tiempo esta aventura de la vida por los predios de Gea. El poeta sabe que "aún nos sobra tiempo" para evitar la muerte del paisaje y por ello su voz es de protesta y advertencia, y de inclinación para que, en lugar de destruirnos, sembremos amor.

Serafín Velázquez Acosta nació accidentalmente en Barranquilla la noche año nuevo de 1947 pero es hijo de monterianos y reside en Montería hace veinticinco anos; estudio su profesión de Ingeniero Agrónomo en la Universidad de Córdoba y en esta institución trabaja desde 1973 como profesor de Fitipatologia. Es miembro fundador del grupo de arte y literatura ARTE SINU y este libro que ofrece a la tierra cordobesca es el testimonio de amor de un hombre que, de tanto cuidar a las plantas, termino amándolas, y por su extensión, a toda la naturaleza.

Antonio Mora Velez-Montería

 SERAFIN VELASQUEZ ESCRIBE:

OBSEQUIO DEL HOMBRE PARA EL SIGLO XXI

Ese desordenado movimiento de las horas que enloquecen a las ciudades/ Esa inundación solar que adormece los sentidos./Esas grietas ambientales por donde escapa la vida de Gaia.Esas tantas otras cosas innombrables porque la memoria del tiempo se resiente.

Será el legado que nosotros dejaremos a los niños del futuro?

CANTATA DESESPERADA DE LA NATURALEZA

Al compás de tiempo se entretejen los colores musicales que pulsan a escondidas los interpretes del viento./Los tonos matizados del follaje se conjugan con los arpegios de las aves cantarinas y los reclamos hormonales de grillos y chicharras.

El rumor de las aguas que huye entre las rocas pone ritmo al silencio y al dolor desesperado de la flora y de la fauna./La derrota clandestina que los necios del planeta infringen en las sombras va ahogando en el vacío su cantata natural.

EPITAFIO DE UNA TIERRA PROMETIDA

Acaso, es imposible detener esta carrera absurda por destruir el mundo?/El tiempo de llegar a la tierra prometida lo estamos agotando.

Aquí, allá, en todas partes queda poco ya por arrasar/poco aire puro queda ya por respirar/ poca agua limpia queda ya por ofrecer/ y la calma bienhechora del silencio la hemos roto en mil pedazos./ Tal vez podamos esperar que de los vientres surjan criaturas que le huyan a la luz.

LA ULTIMA SUBIENDA

En lunas de verano Betanci, Tucura, Quimari y tantos otros hijos de Manexca ofrendaban al dios del Murrucucu las subiendas del Sinu./Y sus aguas cual rebumbio de temblores terrenales convocaban a los indígenas al solemne jubileo de la pesca y de la danza.

Lluvia de peces brotaba de sus cauce e inundaba las canoas de mis abuelos indios./Pero los chinchorros y atarrayas que tejieron en las aguas mis abuelos blancos.'/Irritaron a los dioses y estos se llevaron las subiendas con el ultimo de los Zenues.

POR FAVOR

Silencio!Necesito escuchar mi respiración/Quiero estar seguro de mi libertad.

IMPOTENCIA

Asomo el temor por la ventana /La calle se viste de misterios /Adelgazo la mirada en el silencio y en la esquina se agazapa el miedo./Salto inerme a la palestra/El amor y la verdad mis únicas armas.

Y se alejan las distancias mi andar a paso lento/ hoy es prisa afanada./Mas, los carros, las motos y las sombras poco a poco lesionan mis sentidos /y me oculto entre la gente buscando nuevos rostros.

Es inútil! Para que preocuparme si la muerte ha de llegar cuando se cumpla el tiempo.

Próxima edición: Obras Completas

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