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Quien esto escribe, peca al hacerlo de rolo, cachaco, y por ser del interior, si eso quiere
decir algo diferente a ser de la Costa; por lo tanto, pido excusas por lo que aquí diga o no diga, bien o mal
dicho, sobre un tema netamente costeño pero de índole semejante ya que se trata nada más ni
nada menos que de poetas, y por lo tanto, de universalidad individual y colectiva representada en aspectos lingüisticos,
costumbristas, históricos, vernaculares, y culturales; semejanzas suficientes para que la saga
intelectual que hoy presenta Ave Viajera, deje de ser azarosa pese a la temporalidad del enlace humano.
El sensible
y tan profundamente intelectual mundo sinuano al que llegué reciéntemente como invitado del Grupo de Poetas
y Escritores de Arte Sinú, aparece en esta edición plasmado en extractos y comentarios
sobre varios libros dedicados por sus autores con gestos de pasión y dolorosas agonías de desprendimiento.
Son esos libros el tema de fondo de esta nueva edición de Ave Viajera, nacida en encuentros oníricos profundamente
trascendentales celebrados en La Tranca (una fonda en Montería), -- y con "tranca" como se entiende el término
en la altiplanicie sabanera. Hecho asi el mundo de esta edición, al calor de los tragos que reemplazaron la cordura
y a ritmo de vallenatos, Ave Viajera cumple hoy su promesas de conducción al plano de posibles y cercanas expediciones de
la obra conjunta de los escritores de Arte Sinú. Cumplimos virtualmente y como preámbulo de la aparición
impresa en los círculos literarios nacionales y del exterior del SER de la poesía y literatura del Sinú.
La brevedad es un mal doloroso cuando se requiere de la eternidad para agotar el goce de la Verdad. El paso de Ave Viajera por Montería, sufrió de dicho mal. Pero lo sucedido, pese a su cortedad, se convierte hoy en el prólogo y desarrollo de este libro virtual que por fin ha nacido; un libro llevado a la frontera revelada del conocimiento humano, por un editor con alma de poeta que anhela que brille y salte a la palestra nacional e internacional.
Arte Sinú, en todas sus manifestaciones — como Héctor José, un joven "en ascenso hacia la inmortalidad porque quizo desde niño ser torero para enaltecer a su tierra, Sincelejo" según nota de Filiberto Córdoba Moreno, Periodista, El Meridiano de Sucre—va en camino hacia su propia inmortalidad y lo hace con sabor a caña dulce, nutrido de ñame y yuca, de apareamientos prolíficos, de volver de garrocheros y festivales, sin olor a sangre ni tragedias ni muerte en las corralejas, sino a punto de cantares orquestados por conjuntos musicales de la talla de el Grupo Ebano y Nosotros, "del Sinú con Amor".
Hoy, en Sincelejo, Montería, la buena tierra costeña que tanta fuerza ejerce en mi vida, sus poetas aparecen sentados a mi mesa, y cada puesto un puesto de honor; todos se hacen sentir y hablan. Sin temor a ofender por ser el que más ruido hace, sin predilecciones ni hegemonías, escuchando todos a todos, respetuosos del azar de los turnos, apurando Ballantine a pico de botella, y mientras la tarde se desvanece en arrebatos rojizos y presentimientos deliciosos y secretos, todos se apresuran a la entrega de su último poema, su libro más amado, a desprenderse del inédito y acogerse a la suerte del editor. Bienvenidos caros amigos y colegas escritores. Joseph Berolo Ramos.Editor |
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