"UNA PAZ PARA TODOS
LOS TIEMPOS"
El
hombre está hecho para la paz o para la guerra. Las explicaciones que los historiadores ofrecen sobre el pasado de
cada una de las civilizaciones que han pasado por este mundo están llenas de actos violentos, asesinatos, crímenes,
revoluciones muy sangrientas, castigos como la guillotina, guerras muy fuertes, violaciones, secuestros, robos, esclavitud,
etc., etc., etc. Se sabe, por ejemplo, que Roma conquistó Hispania a sangre y fuego, que nuestra Edad Media fue una
guerra interminable entre cristianos y musulmanes, que la hoguera se utilizó para castigar a los protestantes por parte
de la Inquisición, que las libertades se conquistaron duramente en las diferentes revoluciones que ensangrentaron Europa
en los siglos más recientes; que Europa atropelló a América con desmanes y vejámenes que faltó
poco para dejarnos sin raíces, y, en definitiva, que la Paz se firmaba sólo al final de una guerra y,
en demasiadas ocasiones, para descansar y preparar la siguiente. La Historia de la Humanidad tiene tantos muertos por actos
violentos que sus nombres llenarían las superficies de muros de interminables kilómetros de longitud.
Actuaciones en las que no
se ha cambiado casi nada, basta con abrir los ojos a un nuevo día y prender la televisión para escuchar noticias
del mundo, ¿qué encontramos? Lo mismo: violencia, muertes, asesinatos, gente de un lado para otro, huyendo de
la miseria, de las balas; robos, masacres, en fin... toda una estela de soledad, desasosiego, llanto, quejas, rumores, dolores
en el alma, ayes de sufrimientos, entre muchas otras expresiones y hay que seguir viviendo. Parece que no hay manera de detener
esta espiral de violencia. Lamentablemente, seguimos llenando páginas y páginas de periódicos, redes,
y libros de historia con más violencia que libertad y el significado de la palabra "paz" se aleja cada vez
más de su significado, de las familias, de las aulas, y, general, de una sociedad que la pide a gritos, pero que poco
ayuda a conseguirla.
Pero,
¿qué tipo de paz se puede construir? Nuevamente acudo a la historia y me aterra, por ejemplo, la continua guerra
que vive Colombia; las dos guerras mundiales que ha vivido principalmente Europa, y que han dejado tanta destrucción
y muerte; como en el caso de la segunda guerra mundial y aquella bomba atómica sobre Hiroshima, ciudad del Japón,
un 6 de agosto de 1945. Entonces... ¿qué modelo de paz se puede construir que acabe con estas guerras fatídicas
y fratricidas que solo dejan viudas, niños huérfanos, soledad, abandono y hambre? La única paz
que es posible, será aquella que busque las causas que provocan la violencia y las combate con el diálogo, antes
de utilizar las armas. La violencia se alimenta de analfabetismo, de hambre, de abuso contra el más débil, de
fuerza del hombre contra la mujer, de delincuencia y del mal de todos los tiempos: la corrupción, pues "cuando
la capacidad del Estado se ve disminuida, las naciones no logran eliminar la pobreza, hacer frente al hambre, asegurar una
buena atención de la salud y una educación de alta calidad para sus ciudadanos, garantizar la igualdad de género
y otros derechos humanos, reducir la desigualdad, etc.", provoca que cualquier ser humano sienta la tentación
de agarrar un fusil y quiera defender sus derechos a través de la violencia.
Así las cosas, la paz no debe ser un eslogan,
ni una frase de cajón para celebrar una efemérides, ni una utopía de un solo día. La paz es un
proceso que debemos construir diariamente desde el hogar y la escuela, aplicando los principios de tolerancia, equidad, diálogo
y fraternidad. La Paz inicia por reconocer que no siempre tenemos la razón, que el otro, grande o pequeño, también
tiene sus razones y que no se les puede reducir al silencio por el uso de la fuerza. El debate razonado de las ideas o más
sencillamente, el diálogo, fundamentado en argumentos válidos puede provocar la calma y propiciar el intercambio
de experiencias y de valores que desarman fácilmente al sublevado. La Paz no es la ausencia de las guerras, la paz
es la ausencia de las injusticias de los desmanes del poder hacia los pobres y marginados del mundo, contra las mujeres maltratadas,
contra los abusos de la infancia y de la juventud, y, en definitiva, la desaparición de cualquier discriminación,
sea del tipo que sea.
En
este sentido, la paz es rebelde y sediciosa, porque siempre debemos estar despiertos a protestar contra el abuso a los Derechos
Humanos de quien sea y donde sea; lo que sí hay que erradicar son las causas que quitan la paz, como se anotó
anteriormente; cuando esto se logre, encontraremos el camino para vivir tranquilos, en la esperanza y, obviamente, con menos
olor a pólvora, desolación y muerte. Si queremos conseguir la tan anhelada paz solo queda ser protagonistas
de una nueva historia donde se hable de perdón, justicia, trabajo, tolerancia, paciencia y perseverancia y, entonces,
conseguiremos: "una Paz donde entremos todos y para todos los tiempos".