Neruda fallece de pena moral el 26 de Septiembre, 1973, 15 dias después de la muerte violenta de Salvador Allende causada
el 11 de Septiembre...
Queridos compañeros de viaje: Hoy recuerdo a Neruda con un aparte anecdótico de sus últimos días.
Diario de Matilde. El último gran amor de Pablo Neruda.
"Buscaré primero en el resto de la casa" le dice al moribundo Neruda el oficial quien minutos antes había invadido
con un pelotón de soldados atrevidos la casa del inmortal bardo a quien ya nadie podía ocultar el aciago destino de Allende,
el de Chile, y el que esperaba a ese templo consagrado al Amor que era su adorada casa en Isla Negra.
;"Empiece por esta habitación" insinúa Neruda.
"No quisiera molestarlo" responde el oficial.
;"Hágalo," insiste Neruda, agregando: "aquí hay algo muy peligroso"...
El guardia, no sin temor y sorprendido, musita:
¿Qué...puede haber de peligroso... aquí?
"¡La Poesía!" Retumba en el ambiente la respuesta del Maestro.
"Cuando muera será para poder vivir" diría alguna vez durante su otoño, el arquitecto de la Poesía del Amor.
Y se cumplió su vaticinio. Neruda Vive. Neruda escucha. Neruda Canta. Y su Poesía peligrosa sigue siendo el universo
milagroso en el que canta la Musa Nerudiana para todos los enamorados de todos los siglos.
Con su venia, Maestro, Mi propio Poema XX enviado a usted y leido como otra carta recibida de manos del inmortal cartero
de Isla Negra... su noble imitador...
-Leyendo a Neruda- Isla Negra 1971 - .. Perdonado estoy por robarle inspiración al bardo.
Maestro...Tú puedes escribir "los versos más tristes" mientras yo los más alegres... "Escribir por ejemplo":
Mujer: Te Amo en el correr del viento y desde el Sur lejano te presiento, tibia, rendida, !Mía !, aún en el dolor
que hiere mis heridas, fuente nueva eres todavía para la sed aquella larga que me dejara tu partida.
Maestro, Puedo decir para alcanzar tu verso, que una vez yo quise y me quisieron, que amé sus besos y de caricias me
agoté, que fue un amor sin serlo, que ya no tengo,que he perdido.Mas yo te digo,lo se, lo siento, que ya la noche no está
vacía... llena está de pena repartida, de dolor ya muerto.
Si yo no pude guardarla fue porque su amor no fue amor. Lloró mi alma eterna desventura por aquella que nació dormida
en mi desvelo... Mas Yo, fiel amigo del dolor ajeno, no soy Aquel que muerto estuvo....Soy, por noble llanto redimido,
crisol de aliento nuevo, vivo estoy. Cuando creí jamás volver a amar, amé de nuevo en otro amor el amor que amé en el
viento.
Ya no la quiero, es cierto y si la quise fue un engaño porque jamás me quiso. Mi amor buscaba un dardo herido. De otro
será porque jamás fue mia. Amor no fue la entrega de su cuerpo claro, amor yo no concibo cuando el alma llora y gime; pero...talvez
la quiero mucho todavía... !mucho todavía!
Se quiere la mano que hiere,se besa al verdugo que tortura y en horas como esta te bendigo porque fuiste la última agonía
de mi vida antes de la Vida, y estos son los versos más sinceros que jamás yo te escriba.
Joseph Berolo
del Libro Ave Viajera
Editorial Cristal
México, DF