|
|||||
Carta a mis compañeros de viaje ....desde Bogotá...La última parada...¿Cuándo regresas... o a la tuya, en tu patria?
Te escribo para desearte un feliz día y decirte: ¡ cómo extraño tu presencia!---Solo la reemplazaría estar cerca de ti ,
en Bogotá.......Sabes una cosa? He pensado mucho en nuestra amistad virtual...en todo lo que nos une, que alivia esta distancia
entre los dos...
Te pienso en las esquinas, en las vueltas de los cerros,en donde sabemos, en el aire, en la ausencia de tu estrella colgada de los cielos sabaneros, en las colinas que aprietan el cuello del recuerdo con cinturones de olvidos y los lamentos de los desplazados y tutelantes. Te pienso también en aquellos bosques nuestros de pinos y eucaliptos, cion sus altos ramajes verde esmeralda flotando sobre las límpidas aguas del Rio. Solo pienso. Es que la ciudad se precipita, se desboca hacia la sabana queriendo correr hacia el espejismo de los humedales y manantiales de ayer. Al hacerlo, deja atrás, algo de lo feo y de lo bello que tuvo por algo de lo feo y de lo bello que tiene. A veces creo que mi Bogotá quiere treparse a una nave que vaya para Miami-- Pero no es asi. Mi Bogotá, bien lo sabes porque la habitas aunque tu cielo no sea el mismo cielo mío, es de aquí y sigue siendo la misma que nos vió nacer-- excepto que está retequemoza, sigue joven, fresca, sabrosa, se deja querer, y tiene un no se qué de princesa recién despierta de un largo sueño. Nuestro Bogotá aún se ruboriza cuando se siente amada como novia blanca, y al hacerlo lo hace por donde quiera que vaya retratada (siempre de rojo) con todos los "fierros" de la mocedad afilándolos con la experiencia de sus años. Dicen por ahí, que mi ciudad es mala, remala, malísima, si se le busca el lado flaco; pero como solo quiero quererla, y que me quiera, la manejo con cariño, le salgo al paso con toda cortesía, le tiendo mi capa de halagos para que pase los charcos, le tengo, diría, confianza, porque la conozco, mucho, muchísimo. Se, por ejemplo, que no se esconde y hasta le gusta dejarse ver con los trapos viejos, --- no se me escapa del recuerdo, cuando era redonda y larga y tozuda , firme en sus convicciones, dogmática y cristiana, rezandera, muy señorita, muy callada--eso era cuando se escondía entre los cerrros y no quería pasar de la carrera 30. Hoy, mi Bogotá es amplia, amplísima en geografía y de mentalidad; está abierta a todos los movimientos habidos y por haber; es frentera, rockera, tutelar, transnochadora, bohemia, BOHEMIA: es la ciudad de todos, capital de Colombia, del mundo; está a la moda internacional y va de brazo con las mejores en arte, moda, chisme, molestias; lo hace montada en 4 x4 y TransMilenio y poderosos jets y se eleva más allá de sus propias cumbres, anexando pueblos y veredas desde Chipaque hasta Sopó y enlanzando capitales como la Colombia misma que es, con Valdez y con Shakira. Hoy, ya que llega el Halloween de allá, porque nunca ha sido de aquí, quiero hacer una fiesta de duendes bogotanos para que asusten a los fantasmas de los gringos y les digan lo que fue mi Villa y no se olviden de pegarle a la nueva un recuerdito de la vieja. Otro día te contaré lo rico que la estoy pasando en mi Bogotá...haciendo ...¡ Nada! ...ahora puedo hacerlo porque si me voy, no me voy, y como no me voy, me quedo aunque me vaya. Espero no causarte nostalgia alguna, y si lo hago que sea de la buena, la que se cura pensando en volver, no la que mata pensando en quedarse pensando. Ave Viajera posada en Bogotá...la de siempre. Enter content here Enter content here Enter content here |
|||||
|
|||||