Cuando
la barbarie de una larga guerra asola las calles de un lugar después de un terrible bombardeo esas
calles se quedan sin niños, las
piedras al igual que yo lloran; me pregunto ¿Cuándo terminaran de una vez?
SIEMPRE EL SILENCIO Silencio, calles solitarias, ni pisadas se oyen tras de mí. Piedras que lloran de soledad, no hay niños que rompan el silencio, la noche pasa y apenas lucen las estrellas. No veo la luna, el silencio es total, noche negra, oscuridad de llantos... suspiros, no hay lágrimas no quedan, no hay ninguna ya... Silencio, silencio total, solamente las piedras parecen llorar. Cipreses que se mueven, sombras que proyectan parecen fantasmas en el caminar. Se mueven, balancean en la negra noche... es el aire que llora, que ruge de dolor, no encuentra a nadie, no hay niños... ¿dónde están? Me pregunta
el viento, es el único
que se oye ulular... Silba
la arena cuando golpea con fuerza sobre
las cerradas puertas. Nadie
sale para abrir, no hay llaves es
el viento, el silencio, los cipreses... la arena que golpea fuertemente contra esas lacrimosas piedras. Silencio, silencio profundo, silencio que hasta las pisadas matan se esconden, no quieren oír el llanto tampoco el ulular de la guadaña.
|