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¡.Se puede salvar a un pueblo con un poema" Jean Jacques Rousseau

Archivos Ave Viajera- Compañeros de Viaje - (CGS)

Ave Viajera
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Espera vuestra correspondencia

Tu carta llena de motivos para responder. ha llegado a mi buzón cual paloma mensajera a posarse en el lindero de la confianza y llenar de emociones sentimentales este rincón preñado de esa nostalgia que presientes y habitas con tu pensamiento.

No sabes cuan bueno ha sido y sigue siendo el sabor de tu carta. Como viene de quien conoce mi alma por simple legado, por haberla sentido sin necesidad de introducción, porque rondaba los confines de su existencia antes de que fuera, tiene tu carta serias inflexiones de permanencia y plusvalía espiritual. Como no escribo sin viajar a su vez con las palabras, creo haber llegado en este instante a la estación de tus ojos y me he detenido allí , en el paisaje de tu iris, donde solíamos vernos con tristeza antes de la partida del tren y abrazarnos con la resolana de la alegría en los regresos.

Para escribirte, recorrí tus caminos de papel y sus vericuetos. Si amigo caro. Supiste viajar mis penas, mis delirios, mis ausencias. No se qué tan cierto estás al decir: " te siento menos cerca de tu pasado, de tu fundamento, de tu propia historia". "Doctor: Puedo asegurarte que estoy " como ausente que mi voz no te toca.".Con esa ausencia que no es ausencia sino retiro silencioso y solitario a la última esquina del viaje para sentir allí el eco de la historia-- no para hacerla-- esa historia de la que opinas con sobrada holgura: " No te has podido desligar a pesar de tanto tiempo fuera de la patria".


En cuanto a sentirme cada vez menos cerca de mi pasado, en eso si que no estoy de acuerdo. Yo soy pasado y presente en la eterna presencia del futuro. Yo soy pasado, el más puro de todos. Lo llevo dentro tal y como nació, con sus seres, sus risas, con la huella profunda de las penas que nadie supo aliviar y en mi vida atormentada por las pesadillas de una infancia que se deshojó antes de su amanecer entre espinas de precocidades bipolares y los desvelos anticipados de una madurez polarizada.

Es cierto que Todo llegó. Y Todo pasó. Solo quedó este resonar de la angustia y los lamentos atravesados en la garganta, la indigestión de adioses, el crepúsculo de siluetas viajeras y el amor indomable, viajero a flor de piel igual que enraizado en la memoria. Y la Patria que jamás dejó de ser bendita y recordada. Es Ella, la vena abierta por la que corre mi propia pena sin poder hacer otra cosa por mi "andina" que morir extraviado en alguna esquina extranjera esperando un alacrán. De su amor nació y aqui te envío una copia de " Venas Abiertas por Colombia" adornada sin merecerlo por las líneas de Alvaro Gómez Hurtado. (q.e.p.d.) Otras copias van camino de la aventura , entre otras, a las manos atadas de Fernando Botero, las astutas de Samper, las maquiavélicas de Serpa, las ingenuas de Valdivieso y el guante dudosamente legitimizado de Navarro Wolf. Quisiera entregarlas yo mismo y arengar esa Constituyente acomodaticia con mi grito interior de colombiano que sangra como la patria ante tanta perfidia proclamada. (1992)

¡Se puede salvar a un pueblo con un poema ;asi pensaba Rousseau cuando repartía "papelitos" , desconocido e ignorado, bajo la comba revolucionaria de su desdichada Francia. En cuanto a ti, compañero de vuelo, noto que tu vida se manifiesta igualmente ansiosa de entregas y desafíos. Bienvenido al Porvenir.

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No me equivoqué al ver correr, desde niño, tu ardiente juventud por las fronteras de la impaciencia creativa. Supe entonces que serías un aguerrido desertor de la mediocridad y un digno soldado de la verdad. Se te veía la astucia sin maldad, la hidalguía sin arrogancia, la ambición sin metralla, el porte sin exhibiciones y la victoria sin engañifas. Saber que te engalanas con el laurel de las Leyes, noble hijo de las aulas rosaristas, me hace soñar con una Colombia nueva en manos de nueva gente, honesta como tú. Se que llegarás y viviré para saborear tu vuelo por el Palacio de la Justicia renovada. También sé que puedes corromperte como la sal que comemos, amargo pan nuestro de cada día. No te ofendas. Sucede.