l Reflexiones íntimas Todo es Común en Mi Desde el monótono
latido de mis venas hasta el alegre despertar de una esperanza... ¡Todo es común en mí! ...el
jocoso festejar de un chiste malo, y la odiosa realidad de absurda pesadilla- ¡Todo es común en mí! ...el diario comentar que el clima es malo y que deja de llover solo en noviembre... que sufro eterna soledad,
y el reumatismo me manda sin piedad a los infiernos... ¡Todo es común en mí! ...el gesto
hiriente y diario de amargura de mucha gente, hasta de quien no se espera... ¡Todo es común en mi! ...común es hasta sentir que soy feliz, y lloro a solas la nefasta orfandad que me consume... ¡Todo
es común en mi!
III Caprichos Extraño Amor Mañana cuando ya no estés y tu recuerdo vaya como nave solitaria en la distancia, iré por laberintos de intrincados cielos donde el clamor
de tu querella muere lejos de mis besos. Mañana, cuando ya no pueda amarte y sientas de un perdido amor
la soledad, no finjas ser feliz, nunca lo fuiste... tu entrega fue fugaz, funesto desamor, sueños
irrealizables que no pudo conciliar el tiempo.
V Afectos Johanna Como inquieta mariposa que en su vuelo, con sus alas de ternura surca el cielo de mi vida pequeñita, tú has bordado mil recuerdos, travesuras y desvelos. Es tu amor tan gigantesco,
tan divino, que tus mimos y tus risas, hasta tu llanto, son regalos que el destino me ha bridado, para hacer
de mis tristezas, dulces cantos. Bella hija: Dios te guarde muchos años- que la aurora de tu vida siempre
brille, tuyo el camino a la esperanza, longeva tu existencia y tuyo el paraíso.
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II Cimas y Abismos del Amor Banalidades Hoy confieso mi verdad... Acostumbrado a vivir de ti tan separado, volver a tenerte, sería muy triste. ¡Oh nefasta soledad! Me conoces
y en ti hay reproches cual saetas que mutilan... ¡Vencido estoy! ¡Oh tristeza y sobriedad! Faro
lejano que no mira hacia la mar, sol que abraza al náufrago caído. Que no viva mi interior la
cruel batalla de tenerte y retenerte a mi manera, pensando vagamente en la esperanza.
IV Rumbos Estaciones Siempre quise ser un árbol como
aquel que crece recio mirando al horizonte... Sin importarle su futuro de leña, sirve de pulmón
a sus verdugos. Siempre quise ser un árbol. Pero no. ¡Ya estoy muerto!, y mis raíces se
esparcen por los cielos de gaviotas migratorias. Siempre quise ser un árbol como aquel que habló
de amor sin tener corazón, y pidió perdón estando exento de pecado. Siempre quise
ser un árbol como aquel que nunca sintió frío en el invierno y esperaba morir en
el verano.
VI El Viajero Vetustas Pretensiones Llego a la senectud ¿Y ahora, qué hago? Me pongo a juguetear con la esperanza o decido mi suerte ya de un todo dedicándome a soñar que aún soy joven ¿Y me vuelvo
a enamorar tal como antes? Estoy viejo pero existen en mí tantos recuerdos que irrigaron con valores mi existencia, pero aún no encuentro paz en mi largo jinetear por los caminos. llegar a viejo es un don y un reto... dar al mundo miles de vueltas y reveces, es un duro batallar, y el universo, la cotidiana escena del andante.
Poemas seleccionados de
cada una de los capítulos de este poemario.
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A Propósito de Cielos... de Glorias y de Infiernos
Alberto
Enrique Garzón Buelvas Poeta Colombiano Montería, Córdoba Marzo 2010
"Su sensibilidad y sus sentimientos han sido la inspiración
de su poesía, mezcla de deseos, pasiones,ilusiones, amoríos, realidades e invenciones, que demarcan
un estilo muy variado y prolífero con derroche de espontaneidad y transparencia...." Johanna
Marcela.Hija Leer a
Alberto E. Garzón Buelvas es corroborar lo dicho por Bogdan Piotrowski, Miembro de la Academia Colombiana de la Lengua,
cuando afirma que: "Toda actividad cultural debe ser la afirmación de la persona y del sentido de la
Vida". Alberto lo hace cuando cuestiona con inusitado realismo la razón de su YO y la de
todas las cosas que lo habitan. No se salvan de su escrutinio, ni su alma que considera ser residente temporal de su
cuerpo, ni el amor que la alimenta, ni el odio y rencor ajeno que lo amedrenta.Tampoco se libran de ser juzgadas las
complejas y extrañas vestimentas con que se cubre el ser humano para actuar en el escenario de la vida y de la
muerte. Su declaración de necesidad de Luz para poder vivir entre
las sombras es evidente. ¿Quiero la Luz! ¿Le temo a las Tinieblas! declara. Sin embargo, él no
parece saberlo ni creerlo. En él "Todo es común" afirma en su poema del mismo nombre. Nada fácil abarcar sin hundirse, ese mar de angustias como el que navega este hombre
de anímicos sentires. Su poesía cruza sin temor las fronteras de la alegría y se adentra en
los terrenos de la pesadumbre... He aqui el campo de su eterno laborar... ¿Ah!...
para brindar allí por este poemario... y por la felicidad qu siéndole esquiva la tiene a manos llenas
entre sus páginas. Extractos del Prólogo de Joseph Berolo, su
Editor.
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