había llegado la hora de vestirnos de azul turquesa, el color que seleccionaron en votación unánime todos los poetas de sipea tijuana para la clausura, nuestro asesor y maestro se veía regio vestido con su traje azul, mi querida amiga blanca estela reina, guapísima con un vestido de gala precioso, su servidora, ya no tuvo tiempo ni de retocarse el maquillaje, me puse el vestido y a correr a la universidad iberoamericana, todos en azul, un color que desde hoy, para mi es, hermandad y paz universal, por cierto recuerdo otro anécdota; se me olvidó el saca corchos para las botellas de vino, contrariada pensé de inmediato, calmada haz tuyo lo que le dijiste a Dana, "no pasa nada, sirve que hay mas vino en la cena", jajajaja, era mejor reír que llorar, me dije, está casi todo listo, nuestro último programa de lujo, las palabras del rector de la universidad iberoamericana, quien al final nos ofreció el auditorio siempre que lo necesitemos,

otro homenaje a ella Gómez con bailes regionales de Yucatán, nadie se lo esperaba y fue muy emotivo, la participación de los presidentes de sipea de las diferentes delegaciones que nos visitaron, así como la presentación de nuestra querida liza iglesias, quien ocupa un lugar muy especial en mi corazón, es una hermosa joven por dentro y por fuera, su parálisis cerebral no la detiene para asistir y declamar con dificultad algunos versos de su inspiración y junto a ella estoy siempre apoyándola y terminando de leer su poema, además quiero también hacer mención de una gran mujer, Diane iglesias, su mama, quien siempre le cumple sus más mínimos deseos, han viajado con nosotros a los ángeles cae., acapulco, monterrey y Hermosillo, como siempre en todos nuestros recitales el cierre fue excelente realizado por manuel s. leyva y como broche de oro, Rosaura nieto de lira, nos brindo una bellísima canción dedicada a la amistad, les pedí a todos subir a acompañarla y haciéndole coro, terminamos nuestra participación poético-musical tomados de la mano,

...se tomaron fotos y convivimos con las personalidades que nos acompañaban, las delegaciones de poetas, se subieron al autobús que nos esperaba y llegamos nuevamente al restaurant el corral, era la despedida y sobre todo una vez más la oportunidad de dar rienda suelta a nuestro deseo eterno: declamar cantar y convivir fraternalmente.