Dicen que cuando la aurora canta cerca de la medianoche es porque siente la muerte cerca y avisa que alguien de los alrededores va traspasar al otro lado... la oigo cantar en este momento frente a mi ventana (11:34 p.m.)... y eso me recuerda las veces que me he encontrado sobre la delgada línea, llamada muerte, que divide una vida de la otra; algunos de esos momentos he llegado a ella sin buscarla, las circunstancias se dan para que la muerte me encuentre. El resto de ocasiones la he buscado inconscientemente... pero en ambas situaciones el resultado es el mismo, regreso al lado de donde llego... no ha sido el momento para realizar el viaje...

El miedo en esos momentos es una energía que corre por las venas y alborota la adrenalina al grado de sentirse muerto en esos instantes, la conciencia trata de tranquilizarme pero la adrenalina se encarga de acelerar el corazón y de regar toda la energía posible a través de los nervios hasta llegar a mi cerebro y al cerrar mis ojos ver la película de mi vida... siento electricidad correr por todo mi cuerpo, tiemblo y mi cuerpo se debilita pero dentro de mí existe y mana energía que me mantiene y equilibra el flujo de todo esas emociones que quieren explotar.