Ilusiones de abeja en el laberinto de su haber

Es casi aspaviento este lapso de abeja ilusionada en su panal, dulce pasaje sin descanso, de un ayer al hoy de traje usual./ ¡Cómo trabaja mi febril cabeza en su colmena de tejidos largos ! todo su sentido pone en la faena que a miel le sabe hasta lo amargo./ Que la ilusión de ser febril abeja, la lleva inquieta de un suspiro a otro y entre todo nunca deja/ de soñar su sueño de llegar a Reina. ¡ Que corra por el reino la vendimia del pan y de la uva en hora buena !

EL SILENCIO DEL SOLDADO

Venía de una caverna y sin decirlo se le veía un abismo en la mirada. Le abrí la puerta una mañana de soldados rotos que llegaban de una guerra ajena, sin honra y sin medallas./ Eran las seis en punto del sol nacido en una palma y un faro recién apagado en un cayo de Biscayne -- uno de tantos a lo largo de la gresca en la bahía. / Su silencio entró gritando que nunca hablaría de la suya enredada con aquella. Cumplía veinte años; ayer cumplió cincuenta. y tantos lleva metido en su trinchera./ Me acordé del uniforme que trajo envuelto en una bolsa que se quitó al entrar a un Hércules al despegar de un cráter en Saigón. / Me lo entregó con gesto de atadura y nunca dijo nada del agujero de bala en la guerrera aquella que hodía a rata de cloaca al calor del mediodía./ Nunca dijo nada de aquella guerra sucia que nunca fue de nadie; portaba un gesto como de tronar de balas que solo el sentía, y de cosas que el sabía que nunca las diría. / Así cumplió cincuenta aquel soldado gritando todavía aquel silencio que al abrir la puerta aquel día, entró contando de su guerra.

PARADA DE "CHIVAS"

Las paradas de la ocho, Le Jeune o Coral Way en el Miami del exilio, o de Collins y Washington en el alarde de la playa, todas tienen banquillos para el temporal reposo de entretener la espera de un hastío.// Son de hierro, lo dispuso la Alcaldía-- donde poder freir yemas, posaderas y desdichas.// La ciudad duerme de día sentada en las esquinas, en un letargo arropado de sol que se detiene a ratos para callar un grito y colgarlo de un sombrío. // Yo te dije que nunca iría a la parada de una "chiva"-- es que tengo miedo de lo que pensarías si al pasar en tu velero azul// me vieses como se ve el exilio, esperando que le llegue el viento para treparse en el a su destino o llegar a viejo pegado a un aviso.

El Amor en Sevilla

Un correr por calle angosta, serpentina nocturna, rio de plata y lentejuela, la cara de la luna va cautiva en una almena. / De capa tendida un califa tapiza lechos de piedra para pies calzados de arena en caminata de velos; / cinturas de guitarra enredan cuerdas tesas entre guiños y ajetréos. Allí, la fuente corre de una queja de besos en fuga de suspiros. / Los amantes de Sevilla van en trance de súbitas esquinas como van las golondrinas pintando con sus nidos los aleros. / Es un embestir de cuernos negros, un surtidor de vinos, un augurio de faenas, un batir de capas rojas, un decir de espejos entre cortinas temblorosas./ Las sombras narran leyendas cortesanas; las grietas guardan secretos lapidados... alli de audacias llenas las doncellas ven llagar heridas toledanas. / Allí el amor reboza copas de roja filigrana, las hazañas cunden de un Tenorio en traje de alborada, trepado en su esperanza y un suspiro se desgaja de lo alto de Giralda para ti, mi novia sevillana. --