MI ESPÍRITU ES MÍO Cuando estoy desolada a veces me encuentro llamando a mi espíritu, para que me siga. para que me acompañe en mis locuras. Le veo a mi lado. Está ahí, lo sé. Le siento mirarme extrañado, curioso, inquieto. No me riñe, No me obliga a nada. Soy yo la que hace siempre lo que desea, con este tangible cuerpo de pasiones necias, aún sabiendo que pueden lastimar, que pueden quitar la paz, esa que el espíritu necesita. Acumulo sentimientos tocados, los que pide este cuerpo al mirarme al espejo, y mi espíritu sigue ahí, a mi lado, aunque le confundan mis deseos, mis terquedades, mi necedad. No deja de seguirme, me pertenece, es parte de mí, es mi espíritu, inquieto, permanente, eterno.
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VENGO DE VISITAR LAS ESQUINAS DEL DOLOR ¿Y qué pasa con esos que no tienen
oídos para oír, y
te cierran las compuertas de sus almas, con esos que creen lo que ellos mismos cantan? Y qué pasa con esos laureles de paz colocados en cabezas que solo esperan fama, con esos que no escuchan las canciones del alma, con esos que creen cantarle a la justicia, y brillan sus botas en las esquinas del placer? Si el gran desafío es inhalar miseria, Corrupción, Odio, Violencia. Metabolizarlo todo con ideologías de amor, exhalar tolerancia, aumentar la bondad en corazones fríos, calmar el delirio de los poderosos, y limpiar lacras sin temor a contagiar las manos. Esas manos que acarician sus propios rostros. Rostros que se miran mucho al espejo buscando la belleza de la piel en lugar de sondear la belleza
del alma. Escribo en el limbo del dolor, Es que sé que el sentido de la vida queda atrapado en el papel de un poema, en las ondas del aire que resuenan en el desierto, colocando muecas en el perfil del tiempo perdido. No me contradigan, lo suplico, que hoy vengo de visitar las esquinas del dolor y la sangre.
SIGUE, OTROS POEMAS
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