Naciones Unidas de las Letras UniletrasDirectorio InternacionalActo de FeMinuto de Poesia/Momentos de asombroPensar Construir ActuarClub de los jóvenes otoñalesSoniaTertulia Literaria Otra DimensiónAfiliaciónMensajes de opiniónPoética EtéreaPoética Eterea IIPoética etérea VMELTING ELEMENTS, RAM KRISNAH SINGH

ESTHER GONZALEZ SANCHEZ
esth.JPG
DOCENTE ESCRITORA DELEGADA CULTURAL UNILETRAS INTL.

 

ESTHER GONZALEZ SANCHEZ CELEBRANDO EL IX ANIVERSARIO DE SU PRESENCIA EN UNILETRAS

Estoy aquí:

Y en tu pórtico de palabra gloriosa y elocuente y en tu tallo arbotante de paz y de concordia, un matutino sol acaricia mis umbrales. Quiero reconocerme en la redonda geografía de tu abrazo y que sea en tus mareas, UNILETRAS, donde pierda un día la memoria.Ya integrada a este Foro Internacional que extiende sus ramas  literarias por el dolmen universal de las letras, me dispongo a colaborar en todo lo que sea necesario  y a propender la difusión deñ  verbo  para proyectarlo a todos los confines que asilan poetas, escritores y artistas, en salmo esplendente que lleve a un lucero brillante de utopías y realidades, de paz, de trabajo y solidaridad constante en el mundo venidero.Esther González Sánchez Vigo-España

A UN VIEJO OLMO

 

Silencioso, absorto,
enjuto y aliñado por la fauna
agresiva del tiempo,
permaneces inmóvil osamenta 
con el verso de ayer 
hundido en la aspereza.
.
¿A dónde te volviste?, ¿En dónde está
la medida briosa de tus brazos,
la savia abandonada,
la cuchara de hojas,
los frutos y semillas de los frutos
y las secuencias puras 
de tu esencia primera?
.
algo muere un poco más allá de ti mismo.
.
Nadie te reconoce
Se te cae el poema
y voces de chiquillos 
que no llegan a ti.

 

©

 

 


INDIGENTE
Te sorprendí en la calle
igual, como si fueras semejante
a una madrugada entre paredes.
Traías la costumbre de ser sin un estrépito
y enterrada en el borde de los ojos
una mina de estrellas.
Rozabas los lugares extrañado en portones
levantado a los sitios y asomado a ventanas
que dan a los océanos.
El mundo era una patria y también un volcán
santuario de titanes y cantos gregorianos
afinando el indulto de ser pobre.
Yo te reconocí
enhebrándote lívido
a un pulmón en cuclillas
y viéndote pasar
a cuestas con el atlas desnudo de tu cuerpo
y caminando torpe de musgos y humedades.
Llevabas demacradas las pasiones
y tu ojo derecho perdió en un naufragio.
No supe más de ti;
mas luego me dijeron que te hundiste en sus aguas
y te llevó aquel frío
a morir en la calle.
© Esther González Sánchez 
2020 

BREVE BIOGRAFIA 

Esther González Sánchez, profesora, nació en  Catoira, provincia de Pontevedra (España) y actualmente  reside en la ciudad de Vigo, en la misma provincia.
 Desde muy temprano desarrolló su interés por la poesía saliendo al encuentro de la misma en recitales y otras intervenciones poéticas a través de programas de radio y televisión local.
 Ha participado en antologías de España y exterior y  en la actualidad colabora en numerosas revistas virtuales de difusión internacional.
Autora del poemario “Alma Peregrina,”en este momento prepara el que será su segundo libro que llevará por título “Raíces”.
Ha recibido la distinción Premio Bronce al Compromiso y Trabajo por la Paz.
En la actualidad es Miembro de la Asociación de Escritores y Artistas  Españoles
Miembro  Honorífico  de ASOLAPO-Argentina
Vicepresidenta de ASOLAPO en España
 

 

<estgonsa@hotmail.com>


 

 

*****

 

MUJER DESCONOCIDA


Me hubiera gustado conocerte,
recoger tus manos abnegadas
y pedirte perdón por las mías,
pero ibas ajena, vencidos los ojos
acaso ensimismada en el paisaje de otros ríos,
de otras tierras que no nos pertenecen
y traía anclados tu mirada.

Niña mujer o mujer niña de arenas sin parques
te leías triste en un asiento;
yo iba contigo
pero no pude encontrarte: tu cansancio
viajaba lejos, mucho más lejos que el mío.

Lo siento.
No pude regalarte una sonrisa.

HACE TIEMPO
 Mientras, sueño, tiento, abro
la ocupación de miel de aquellos días
y el collar de sus hebras
golpeándome en el pecho.

 

Hace tiempo visito
la tristeza de días sin sonido,
que se prefieren solos,
como anemias de empeño funeral
y mieles arrugadas;
y hace tiempo también
que sostengo las cúpulas
de un silencio maduro.
en que se refugió la procesión
de un vino atrás sembrado
y se guardaron
las manos que colgaban
racimos de luz
entre mis vides
como si fueran lámparas de uva.

Y fue su último brillo
-el que apaga y sepulta
el temblor de la estrella-
quien cubrió de desnudez
mi vestidura.
precisándome en piel de las montañas
después de los incendios.
Mientras, sueño, tiento, abro
la ocupación de miel de aquellos días
y el collar de sus hebras
golpeándome en el pecho.


Esther González Sánchez