Sueño bajo un árbol   De gigantes, silencio reina anciano en lenguaje secreto arrulla el ave el susurro de bosque guarda en clave el lamento en gris alma de un hermano. Telarañas de musgo hablan liviano su palabra es sosiego en viento suave. Pero un zorro expropiado gime grave y una diuca reclama el nido, en vano. El verdugo es un ciego, ausente, olvida la sagrada penumbra atesorada roba flores, enturbia clara lengua. Una sierra consume un templo en vida la esperanza en astillas fue arrancada en las hojas del tiempo un sueño mengua.   PRESENTACIÓN       1. Julio San Martin Órdenes, el camino de la poesía en  busca de sus dominios.     Porque desea perfeccionar sus propósitos de escribir poesía con propiedad y con respeto a este magnífico arte, que desde niño se sintió atraído hacia él, se inscribió en el Taller dictado por el profesor y poeta señor Lionel Henríquez Barrientos, con el ánimo de perfeccionarse junto a otros alumnos, atraídos por el mismo propósito. Julio San Martín es Médico Veterinario, por lo cual su atracción por la poesía resulta más sorprendente por estar su estado laboral preocupado por otros sectores de la cultura, en su caso por la ciencia. Sus actividades estudiantiles en los diversos ciclos de su educación, lo hicieron inclinarse por la literatura en su niñez. Su primer poema, siendo niño fue un homenaje a Gabriela Mistral. Posteriormente continuó con sus inclinaciones literarias, todo lo cual constituyó un aval para llegar al taller con una acentuada vocación por las letras. Es evidente que este servicio previo, que se transformó en una verdadera vocación, para el joven San Martín, fueron propicias para su mejor desempeño en el taller. De partida, demuestra un buen dominio del idioma, el dominio de un mayor número de palabras, que se consigue con una intensas lectura. Utiliza con acierto las figuras literarias, que son en esencia, lo que llamamos lenguaje poético. Conozcamos uno de sus poemas y procuremos entenderlo:       ARDE LA NOSTALGIA     El viaje de la luna no calla en la memoria bitácora encendida de piel muy mal cebada por siglos de los siglos la pieza abandonada en hora de lamento cual orden perentoria.   La roca colisiona al mar en trayectoria irónica rompiente, vergüenza despojada ofrece tibias ondas de carne despiadada dos peces abisales se placen de su historia   ¿la lluvia inesperada precisa de un sextante? Enturbia la tormenta viento perseverante Con agua más salada se entibia la embestida   Ahora bajo el cielo, oasis más distante Es lava perfumada, es hambre tan flagrante El frío no calcina la meta consumida.       La metáfora del título ya nos da cuenta de un mar embravecido que recordamos con toda su dinámica, estimulado por la naturaleza y el recuerdo que de él hacemos. Aquí junto a la descripción del paisaje, el reconocimiento de su antigüedad, los elementos vivos que se alimentan del mar y las consecuencias positivas y negativas que hacen en exceso la nostalgia. En una primera lectura este poema pareciera ser hermético, pero no lo es. Nosotros y todos quienes conocemos el mar y nos interesa describirlo, necesariamente tendríamos que referirnos a su violencia, a sus atractivos, a su agitación perenne, a sus cualidades, a los peces que se placen con lo que él les ofrece, a los otros fenómenos naturales que acompañan al mar, etc. Es un buen poema que nos ha servido de ejemplo, para señalar que el joven San Martín camina por una buena senda para seguir teniendo éxito en sus aspiraciones poéticas. En el texto en prosa que se incluye en esta compilación, expresa las mismas cualidades del verso. Una epístola que tiene todos los ingredientes de una persona enamorada. Aprecia sinsabores que pueden estar presente y ofrece compartirlos para disminuir su intensidad. En el fondo esta carta es, la expresión de una prosa poética.   Lionel Henriquez Barrientos CON ALAS DE OLVIDO* en proceso de publicación n