Ya no de New York la entrada violentada..

que es del mundo entero la Libertad amenazada

Enero 1o. 2002. --- No son los juegos artificiales del Año Nuevo en su prolífica erupción de sueños voladores y humo desteñido y pasajero; no el esplendor de las estrellas de neón colgadas sobre los cerros de Bogotá; no el engañoso silencio de la ciudad que puede tocarse y arroparse en un pañuelo al verla y sentirla desde un mirador plantado entre las nube sobre los cerros; no es el rasguear de las guitarras acariciadas por un bohemio para una bella en algún romántico paraje, al salir de alguna curva, bajando de La Calera, rodando por la circunvalar; no la medianoche de laser y algarabía humana bajo un cielo de luceros cercanos tendidos sobre el bosque de cruces artesanales talladas a los muertos de la guerra en la Plaza de Bolivar. No es el Feliz Año Nuevo anunciado por la espléndida estrella sabanera trepada en Monserrate. ¡No!. Es el rayo y el trueno de las Furias desbocadas definitivamente por todos los rincones de nuestra sufrida Colombia. Hoy, ante nuestro suelo patrio convertido de frontera a frontera en campo de batalla; hoy, cuando todo empeño es y seguirá siendo un largo viaje hacia el más arduo y prolongado de todos los caminos de mi atormentada patria: el de la Guerra por la Paz-- hoy renovamos nuestra guardia al pie del cañon--Guardia dolorosa-- porque aquí se muere la muerte del poeta: la de la soledad y la impotencia ante la volatilidad de las palabras y el oído sordo de los violentos.