La ayuda de los Dioses Cuento mitológico. Después
de que los dioses presenciaron el trabajo del dios de la lluvia realizado por un humano que hizo llover, se llenaron de esperanzas
para poder descansar de una vez. Entonces buscaron candidatos y cuando los encontraron los dividieron en grupos de a 10, después
de eso pasaron los días, las semanas, hasta los meses y todo estaba igual. En este punto los dioses perdían las esperanzas hasta que, en el grupo del dios de los
cuadrados, un humano convirtió una bola en un cuadrado. El dios de los cuadrados se entusiasmó y le dijo que
le contara a los demás como lo hizo. Él respondió que se enfocó en la bola, en todas las cosas
cuadradas que se acordaba y se imaginó la bola cuadrada estiró mano y pensó todo eso lo más fuerte
que pudo. Después el Dios de
los cuadrados se lo contÓ a los demás dioses, escucharlo los llenó de esperanzas y pronto todos los alumnos
de los dioses dieron frutos. Todos los alumnos de los dioses lograron aprender el poder de sus maestros, solo tenían
que imaginar y hacer lo necesario. Y así todos los dioses pudieron
descansar en paz. Tomás Jiménez Edad: 14 años Taller
Literario de Niños: Léeme un cuento Coordinadora: Fernanda Macimiani Pablo Podestá - Tres de Febrero - Buenos Aires - Argentina
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La ayuda de los Dioses Cuento mitológico. Después
de que los dioses presenciaron el trabajo del dios de la lluvia realizado por un humano que hizo llover, se llenaron de esperanzas
para poder descansar de una vez. Entonces buscaron candidatos y cuando los encontraron los dividieron en grupos de a 10, después
de eso pasaron los días, las semanas, hasta los meses y todo estaba igual. En este punto los dioses perdían las esperanzas hasta que, en el grupo del Dios de los
cuadrados, un humano convirtió una bola en un cuadrado. El dios de los cuadrados se entusiasmó y le dijo que
le contara a los demás como lo hizo. Él respondió que se enfocó en la bola, en todas las cosas
cuadradas que se acordaba y se imaginó la bola cuadrada estiro su mano y pensó todo eso lo más fuerte
que pudo. Después el dios de los
cuadrados se lo conto a los demás dioses, escucharlo los llenó de esperanzas y pronto todos los alumnos de los
dioses dieron frutos. Todos los alumnos de los dioses lograron aprender el poder de sus maestros, solo tenían que imaginar
y hacer lo necesario. Y así todos
los dioses pudieron descansar en paz. Lautaro Tomás Jiménez Edad: 10 años Taller Literario de Niños: Léeme un cuento Coordinadora:
Fernanda Macimiani Pablo Podestá - Tres
de Febrero - Buenos Aires - Argentina
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Mi pequeña flor Había una vez una chica llamada Luz, a ella le encantaban las plantas. Pero una vez sembró una flor que no tenía nombre. Luz la cuidó
mucho, la regaba todos los días, le daba sol, hasta le ponía un abrigo cuando tenía frio. Pero la planta,
nunca florecía. Pasaron días, semanas, hasta meses, pero no floreció. Un día Luz, se sentía un poco triste por esto, en realidad más que triste
enojada, así que fue al vivero y compró otra semilla, unas semanas después esta planta floreció,
estaba feliz, pero aún n no sabía qué hacer con la otra planta. Pero Luz no se iba a rendir a rendir, así que intento todas las maneras posibles. Esta seguía sin florecer, Luz se sentó a pensar cómo
hacer para que crezca. Como no se le ocurría nada, fue a regar
la otra planta, cuando llegó planta se había secado. ¡¡Luz entró en desesperación!!
Ella apoyo la planta al lado de la otra y se acostó a dormir una siesta. Cuando despertó se tomó unos mates y fue a regar la planta, a ver si florecía de nuevo.Un día después, Luz no perdía la esperanza, se despertó, desayunó
y fue a regar la planta como venía haciendo. Lo que no sabía era que se iba a llevar la mayor sorpresa
de su vida. Cuando vio lo que había pasado con las plantas se le cayó la regadera, ¡¡¡las
plantas habían florecido!!! Lo que necesitaban
era una amistad. Por eso Luz les puso nombre a las plantitas: Esperanza y Sol. Y colorín colorado esta historia no ha terminado... Sofía Carbia Edad: 10 años Taller Literario de Niños:
Léeme un cuento Coordinadora: Fernanda Macimiani Pablo
Podestá - Tres de Febrero - Buenos Aires - Argentina
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