NUNCA UN VUELO RASANTE Aterrizo, mis vuelos son de las cumbres. Cada vez que bajo se asombran alimañas que viven de las sobras y en las sombras. Yo tengo dos alas fuertes que sostengo en gesta soberana, en todos los territorios del viento y puedo contemplar el sol cuándo amanece o se esconde antes que nadie pueda verlo lo celebro y le canto. Si... por las noches duermo mientras sigo volando. ¡Es tan diferente al gusano en tierra o la gaviota absorta qué se come al gusano! Gaviota y olas acostumbradas a las viejas rutinas de la luna. Yo descanso en el vuelo impropio de ese otro canto apresurado.
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Pero nadie conoce el ancestral latido de mi Padre en mi pecho ni el sabio corazón que es uno con el cielo resonancia y destino. Ellos ven el plumaje y juzgan garra y pico... no miran a los ojos, no tienen horizonte. ¿Qué podemos hacer? ¡ son mundos paralelos! La visión se abrió por la fe el salto al vacío en la certeza del corazón al aire, camino hecho latido. La claridad hermana de la nieve hace un silencio blanco. La cumbre dorada, amanecida y resurrecta construyó nuestro nido.
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Poetas Baigorria poetasbaigorria@gmail.com Favio Andrés Ceballos OCASO DE PLATA Y ORO De plata y oro el anillo a la casa iluminaba crepuscular y sencillo mientras la mano rezaba. } La
poca luz del pasillo en
plata se transformaba mi
sol de noche era un grillo y
en la taza el sol cantaba. Las sombras como un cuchillo cortaron lo que quedaba sobre un silencio amarillo bebía el té y meditaba. Llegando ya al estribillo la musa que me dictaba se durmió y en el altillo la luna me enamoraba.
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